Andaba un día de estos por el cañón del Turia, en el
bonito tramo entre lo que fue Domeño y Puente Alta, ya en Calles. El río
discurre entre espectaculares paredes, rodeado de cañas y pinos.
En un punto del recorrido el camino cruza el río para
continuar por la otra orilla, y justo allí hay un pequeño refugiete.
Pues bien. El refugio está, como tantos otros
refugios, en un lamentable estado. Pintarrajeado por dentro y por fuera, sin
cristales en las ventanas, con la puerta descerrajada…
Y ahora viene mi conclusión ante el espectáculo. Y
es, que no se debe dar perlas a los cerdos. Pero la cuestión es que si todos
fuéramos cerdos no habría problema, pero sucede que hay quien no es cerdo y por
culpa de los cerdos se queda también sin perlas.
Yo no soy un cerdo, y me cabrea que haya tantos
cerdos sueltos campando por ahí como si tal cosa, pisoteando las perlas que
alguien ingenuamente en algún momento de optimismo nos dio. Y me entristece,
viendo lo que pasa, el llegar a la conclusión de que no hay que gastar ni un
euro más del erario público en perlitas como éstas, ni uno, porque para lo que
hacen con ellas…
No entiendo, por mucho que me estruje el cerebro, a
esos impresentables que dejan algo de todos hecho unos zorros y se van tan
felices. Pero como están entre nosotros y veo que no van a menos, ni se puede
hacer nada eficaz para controlarlos, (y que no me vengan con la mandanga de que
es un tema educativo), sólo nos queda renunciar a las perlas.
En fin. No es un artículo optimista, pero es que me
da una rabia esa gentuza que anda por el mundo dejando su huella porcina…
Cerdos
con derecho a voto. ¡Hay que joderse!Ventana que tuvo cristales y ahora plásticos rotos. |
Huella de que aquí hubo una cerradura. |
El refugio. Se aprecian las paredes pintarrajeadas. |
"Bonito y elegante" dibujo en el interior del refugio. Hay más, pero no quiero hacerles publicidad. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario