El mensaje que ha enviado por twitter, hoy Viernes
Santo, el Papa Francisco dice “Seguir de cerca a Jesús no es fácil, porque la vía que Él elige es la vía de la cruz”, y
por eso, porque no es fácil, 2000 años después estamos como estamos.
¡Claro que se nos pueden pedir responsabilidades!
Responsabilidades por nuestra atroz incoherencia. No es fácil ser coherente con
el mensaje de Jesús porque eso, tarde o pronto nos lleva a la Cruz. Lo sé y lo vivo día
a día. Incoherencia reiterada, incoherencia perdonada hasta setenta veces siete
y más, las que hagan falta.
Y en el fondo,
la certeza de que sólo una vida vivida en coherencia con el evangelio nos da
esa paz y esa alegría que no nos puede quitar nadie. Esa paz y esa alegría que
arranca de saberse inmensamente querido por alguien del que, sobre todo, sabemos que nos quiere muchísimo y que nos impulsa a querer, a querernos por encima
de todo. A amar, aunque el amor nos lleve a la Cruz , como a Él le llevó.
NOTA: No hablo del amor como sentimiento etéreo y
pasajero. Hablo del amor concreto que implica, palabras, gestos, silencios
oportunos, actuaciones; que implica pensar en el otro antes que en ti; que implica perdón y olvido de la afrenta; que implica
decisiones empresariales, económicas, sociales; del amor que cambia el mundo de
arriba abajo porque es vino nuevo en odres viejos.
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