Resulta que este día, desagradable como él solo, a
causa del caliente y reseco viento de poniente, es el Día Mundial del Docente.
¡Vaya por Dios!
Pues mira, no sé muy bien por qué, o quizá sí, no se
me ocurre nada bello, romántico, tierno, sesudo, filosófico, emotivo para celebrar el
evento, dados los tiempos que corren para la educación… y para otras cosas.
Por eso, veo muy adecuada la foto que comparto a
continuación. Sin acritud. Y sabiendo que en otras partes hay más luz, que en otras tierras (es una metáfora) llueve.
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