Al hilo de lo que escribí ayer, comparto esta viñeta
que he visto por casualidad, porque creo que expresa de un modo muy clarito lo
que quiero trasmitir respecto a la educación, la asfixia de lo esencial
aplastado por lo circunstancial.
Recuerdo también los ecos secretos del silencio; la transparencia helada del vacío cristalino. Ese mundo se recoge en mí, más presente que el real, más vivo que la vida misma. Y me llena. Y me rodea. Y me protege.
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