Evocando un atardecer cerca de Punta Tobacor. Año 1984.

En octubre de 1984, mi amigo Javi y yo nos fuimos al valle de Ordesa, acampamos en Goriz y, entre otras montañas, subimos la Punta Tobacor, mi ascensión número 100. Regresando nos pilló la noche, y pudimos gozar de un atardecer que aún recuerdo.

           Caía la noche en el silencio frío de los 2500 metros del Cuello de Millaris. La suave luz rosada del cielo era el único tono cálido del paisaje que, desvaneciéndose, nos hacía apresurarnos hacia el refugio de Góriz. Aquel octubre, las lluvias otoñales ya habían sido nieve en las montañas.

Millaris, Plana de San Ferlus, Brecha de Rolando, Taillon, Casco de Marboré… Nombres que son historias remotas, leyendas, restos dispersos de una cultura ya extinguida.

Perdida la posibilidad de llegar con luz a Góriz, nos detenemos, acurrucados entre unas piedras, a esperar a las estrellas.

En estas soledades, años atrás, se encontraron Russell y Tonnellé: el primero venía del Canadá, de las Rocosas, el segundo de conquistar la Forcanada, en Benasque; casi nos parece posible verlos entre las rocas próximas, resguardándose, como nosotros, del frío.

Está todo quieto. El tiempo también.

Diapositiva hecha en 1984, digitalizada.