Fijaos hoy en la manchita verde sobre nosotros. Eso significa que lloverá poco o nada. Los otros días... |
¡Qué
mal! ¡Qué mal! ¡Qué mal! Ha pasado lo que temía que pasara. Por fin llueve en
casi toda España, pero aquí no, aquí sólo llegarán esos vientos secos del oeste
y noroeste que secarán más aún de lo que ya están, si ello es posible, nuestros
campos y nuestros montes.
Según
las previsiones de Wetterzentrale esta situación se prolongará de momento hasta
el 13 de noviembre. Según las de AEMET, lo mismo. Y cuando coinciden ambas
agencias, no fallan.
Refrescará,
eso sí, pero no demasiado, aunque lo notaremos más por el viento, por ese
viento que ninguna falta nos hace ahora. ¡Agua es lo que necesitamos! ¡Agua,
mucha agua!
No son
pues éstas buenas noticias. Después del otoño e invierno pasados, que parecían
querer normalizar la situación meteorológica, volvemos a las andadas. A la
maldición del “buen” tiempo.
La
única esperanza es que el otoño haga gala de su variabilidad, cambien las
previsiones y venga una temporada de verdadero buen tiempo, de temporales de
levante, de frío y lluvia, de nieve en las montañas… ¡Ése es el buen tiempo que
necesitamos!
Pero
como dice el refrán, no caerá esa breva. Sería demasiado bonito. Aunque la esperanza es lo último que se pierde. Esa esperanza con la que consulto cada mañana los partes meteorológicos.
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