Saliendo del parking. |
Bosque de hayas. |
Alud en el fondo del valle. |
Llegando a las Gradas de Soaso. |
La carta de mis alumnos. |
El Circo de Soaso. |
Tal día como
hoy, hace 28 años estaba en el Pirineo, en mi viaje número 50, las "bodas de
oro". Fui con Álvaro, un chaval de Alcoy que por entonces vivía en el pueblo, y
un personaje misterioso, pues no logro recordar quién era; ni viéndolo en las
fotos lo reconozco. Si alguien lo identifica, agradecería que me lo dijera.
El lugar
elegido fue el valle de Ordesa. El día fue cerrado y oscuro, pero no nevaba.
Eso sí, hacía mucho frío. Llegamos con esquíes de travesía hasta el circo de
Soaso, a través de un valle totalmente colmado de nieve y solos.
Allí, en aquel
entorno soberbio, solitario, frío, aquel día, oscuro, recuerdo que me agaché y besé
el suelo nevado. De eso sí me acuerdo perfectamente. Agradecí todo lo vivido
hasta ese momento, y deseé con toda mi alma, seguir conociendo y recorriendo más
y más las montañas; a menudo, el conocimiento es amor.
Después leí
una bonita carta que mis alumnos, conocedores del evento, me habían escrito y
firmado.
Mucho tiempo
ha pasado desde entonces, muchas cosas han cambiado, pero después de ascender
cientos y cientos de cimas, de recorrer valles, de gozar y de sufrir, más
gozar, desde luego, hoy, casi 30 años después, sigo deseando, con más fuerza si
cabe, seguir subiendo montañas.
Y es que como
he dicho, el conocimiento, a menudo es amor, y el amor, si es auténtico, no
tiene límites.
NOTA:
Si
quieres ver las pocas y vetustas fotos de aquel viaje, pulsa el enlace Ordesa. Bodas de oro. Y si reconoces al
misterioso personaje dime quién es.
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