FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

sábado, 23 de febrero de 2013

23 F, y yo en "la mili".


23 de febrero de 1981. Aquella tarde merendaba chocolate con pastas en casa de mi amigo Ramón. Estaba la radio puesta, y oímos en directo lo que sucedió en el congreso.
Nos asustamos, claro, pero el susto gordo me lo llevé yo por el hecho de que, por aquel entonces, estaba haciendo “la mili”, y justamente esos días estaba de permiso en casa.
Ahora lo recuerdo como si fuera una película, como si aquello no me hubiera pasado a mí. Pero me pasó.
Yo no quería hacer “la mili”, pero la alternativa podía ser la cárcel, y ¡claro! la hice. Y además hice “mili” de soldado, como tropas de intervención inmediata y con golpe de estado. ¡Perfecto! Ahora bien, en honor a la verdad he de decir, que el trato que recibí tanto de los compañeros como de los superiores, fue exquisito; y eso ayudó mucho a sobrellevar una “mili” difícil, con miedo, con acuartelamientos frecuentes, con muchas maniobras, muchas guardias, atentos siempre a las noticias de la radio, y eso sí, con memorables salidas a Madrid (estaba en El Goloso) con los compañeros, de las que guardo grata memoria.
Pero aquella noche, hace ahora 22 años, a estas horas, veía desde mi casa en Valencia, entrar los carros de combate por el puente de Ademuz, mientras escuchaba el escalofriante bando del Milans del Bosch, y veía el horror en la cara de mis padres, que ya sabían lo que era una guerra... Y ahora, su hijo era un soldado.
Cuando habló el Rey, en aquel breve pero inolvidable discurso, me acosté, aunque dormí poco y mal, como todos en casa, como en tantas casas…
Al día siguiente, fuimos a la manifestación por la democracia y la libertad, como millones de españoles, y acabamos cenando, felices, en el bar Ricardo.
Ahora, no puedo evitar entristecerme, al recordar aquella alegría, aquella ilusión por una sociedad nueva y mejor, por una España que ya no dolía, como decía Unamuno, sino que ilusionaba y lanzaba a un futuro prometedor, y ver 22 años después, a dónde hemos llegado. Es muy triste.
Pero por mal que lo hayan hecho, que lo han hecho; por sinvergüenzas que hayan sido, que lo han sido; por no estar a la altura de las circunstancias, que no han sabido estar; por ganas que tengamos muchos de hacer justicia por nuestra cuenta, que las tenemos… nunca, nunca el camino puede ser otra noche como aquella.
También en política, sólo se rompe la cadena del mal, devolviendo bien por mal. No nos queda otra. Por difícil que sea. 

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