Todo rosa, muy rosa... |
Hablaba el mozalbete con su madre por teléfono de un
modo desagradable y prepotente, y una profesora que estaba cerca, habiéndole
escuchado, cuando acabó la conversación le dijo, “¿qué manera es ésa de hablar
a tu madre?, yo no te lo consentiría”, a lo que el chaval respondió, “es que yo
a ti nunca te hablaría así”.
Y otra mamá, desesperada por el modo en que su hijo
la trataba, se desahogaba con una amiga, que ya tenía a los hijos mayores
diciéndole, “ay hija, tú ya has pasado por ahí, ¡qué te voy a contar!”
¡No señor, no! No debemos permitir que los hijos, ni aún
en lo más turbulento de la adolescencia maltraten a sus padres, más
frecuentemente a sus madres, ni mucho menos asumirlo como algo normal e
inevitable.
Algo muy mal estamos haciendo para que situaciones
como las que arriba he descrito sean reales e incluso frecuentes. Porque si los
niños y adolescentes nos maltratan es porque algo mal, muy mal, estamos
haciendo, y a lo mejor no precisamente nosotros.
La celebración del Día de la Madre , celebración tan
comercial como ñoña en muchas ocasiones, bien podría ser ocasión de recordar y
reivindicar ese antiquísimo precepto bíblico que dice, honrarás a tu padre y a
tu madre.
Feliz día mamás honradas por vuestros hijos, alegraos
por ello. Feliz día, si os es posible gozarlo, mamás maltratadas de cualquier
forma, no os conforméis, pedid ayuda, porque por mal que lo hayáis hecho, que
igual no, no merecéis el calvario que estáis sufriendo.
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