Esto está en Serra. El amarillito habría que cortarlo ya, los marrones lo antes posible, pero ahí están.
Hace ya algún tiempo, exactamente el 23 de marzo, me planteé en este blog la
siguiente pregunta respecto a la plaga del tomicus: ya ha llovido, y ahora,
¿qué? Y dije que me reuniría con personas que tuvieran información suficiente
como para poder responderme, y eso he hecho.
La situación en estos momentos desde mi punto de
vista, por lo que veo en mis recorridos montaraces y por la información que he
podido recabar, la expongo a continuación.
1º.- Las lluvias de marzo cayeron en el momento
oportuno, resultando extraordinariamente beneficiosas para el monte.
2º.- La plaga, gracias a estas lluvias, está
contenida, pues los árboles se han fortalecido y, al menos de momento, pueden
hacerle frente, como lo hubieran hecho si no hubiese sido por la tremenda
sequía que venimos arrastrando y que continúa.
3º.- Los árboles que en estos momentos están siendo
atacados por la plaga de un modo severo, son muchos menos que el año pasado por
estas fechas. Pero hay, y deben ser talados, descortezados y troceados ya.
4º.- Los árboles muertos que han quedado en el monte son
una reserva de insectos en estado latente que cuando se den las condicionas
adecuadas volverán a atacar, aparte de un caldo de cultivo ideal para otras
plagas y un riesgo grande de cara a los incendios forestales.
5º.- En determinadas zonas, (Serra, Náquera, Olocau)
las áreas afectadas no son muy extensas por lo que las brigadas forestales, de
modo manual y trabajando a destajo, podrían retirar la madera muerta. En otras,
caso de las Rodanas de Villamarchante, la extensión es tan importante que se
impone la entrada de maquinaria para retirarla.
6º.- La Consellería ya dio la orden en marzo de que se
retirara la madera muerta tanto en suelo público como privado. La normativa, detallando
el procedimiento que ha de seguirse, está publicada. Y está bien. Entiendo que
es una normativa de carácter técnico, correcta y adecuada a la situación.
Hasta aquí los hechos evidentes e incontestables.
Pero, ¿qué está pasando en este momento?
Las medidas concretas para que esta normativa no se
quede en papel mojado, no se están tomando, o al menos se están tomando tan
solo parcialmente.
Están pendientes, en primer lugar, los acuerdos con
empresas madereras para que, de un modo controlado, extraigan de determinadas
zonas toda esa madera muerta que tan grave peligro entraña, y en segundo lugar
la tramitación legal por vía urgente que permita sanear los montes de propiedad
privada ya, pero ya.
Lo que sí se está haciendo es vigilar y, poco a poco,
limpiar el monte público con las brigadas de que se dispone, pero actuando sólo
de esta forma tardaremos años. Y la sequía continúa y continuará. ¡Ojalá me
equivoque!
Si no se actúa ahora, el verano será especialmente
peligroso, tanto por la amenaza del fuego, dada la carga de madera muerta y muy
seca del monte, como por la reactivación de la plaga de tomicus y otras
derivadas, reactivación que facilitará el inevitable debilitamiento del pinar
con la más que previsible sequía estival.
Por el contrario, si se actuara con agilidad y
eficacia, el verano sería menos peligroso, aun habiendo sequía, y en el
invierno próximo se podrían iniciar tareas de repoblación.
El problema está, como siempre, en la extrema
politización del tema medioambiental. El miedo del gobierno a los movimientos
ecologistas radicales, minoritarios pero con fuerte presencia mediática, la
dificultad en ponerse de acuerdo los partidos mayoritarios, el oportunismo y
radicalismo de otros partidos y agrupaciones, la proximidad, ya inminencia, de
unas elecciones, y la indiferencia social hacia el medio ambiente, pueden, y
creo que lo harán, de nuevo ¡otra vez, ojalá me equivoque!, paralizar a la
administración, que veo que lo tiene claro, y lo hace bien sobre el papel, pero
no se atreve a actuar.
Y se entiende. ¿Para qué van a gastarse un dinero que
no sobra, para hacer algo que a muy poca gente importa y encima que pondrá en
pie de guerra a los “políticamente correctos” con el consiguiente escándalo
mediático?
Conclusión. Sabemos qué hay que hacer, pero no se va
a hacer. Y el problema es que esta parálisis de la administración nos llevará a
bajar un escalón más en el deterioro imparable de la naturaleza en la Comunidad Valenciana, porque lo del tomicus es sólo la punta del iceberg.
Y vuelvo a una idea ya mil veces dicha en este blog, ¿a
qué esperan para crear un gabinete de crisis, con representación de todos los
partidos, para afrontar la catástrofe medioambiental de la Comunidad Valenciana ?
A ver si después de las elecciones…
No hay comentarios:
Publicar un comentario