FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

martes, 22 de marzo de 2016

Rabia y vergüenza.

Si esto le hace gracia al "papi", luego pasa lo que pasa.

No quiero que pase demasiado tiempo sin hacerme eco en el blog de lo sucedido en la plaza Mayor de Madrid hace unos días. Una rabia infinita, una vergüenza profunda y unas ganas inmensas de liarme a tortas, hasta la extenuación, con los impresentables hinchas de ese equipo de fútbol holandés, fueron los sentimientos, bien identificados, que surgieron en mí cuando leí la noticia. Rabia, vergüenza y una terrible agresividad.
Y surgieron también unas preguntas. ¿Qué hay en la mente de alguien capaz de hacer eso? ¿En qué entorno familiar ha crecido? ¿Cuál ha sido su educación? ¿Cuáles son sus objetivos en la vida? ¿Y sus valores? ¿Qué estudia o en qué trabaja? A parte de berrear en los estadios y coger cogorzas, ¿a qué dedica el tiempo libre que le queda? ¿Qué nivel cultural tiene? ¿Vota? ¿A quién?...Y también esta otra, no tan fácil de responder, ¿qué tiene esto que ver con el fútbol?
Creo que es importante encontrar las respuestas a estas preguntas, lo que nos llevará a tomarnos mucho más en serio las “asquerosas secreciones purulentas” que alrededor del deporte y en particular del fútbol se crean. Prevenirlas, y si aparecen, Identificarlas y extirparlas con toda la fuerza de la ley. Y ahí, jugadores, entrenadores directivos, tienen mucho que hacer. Y papás y mamás, que demasiado a menudo “incrustan” en los niños el deporte al margen de todo principio ético. 
Es conmovedor ver a un estadio en pie y en silencio en homenaje a alguien, o siendo todos una sola voz por una causa noble. Es muy bueno ver darse la mano a dos jugadores rivales después del encuentro, o a sus seguidores tomarse cervezas juntos…
Ése y no otro es el camino. Pero para andar ese camino hace falta, primero que todo, educación, y después una legislación que castigue con severidad a quienes con la educación no han tenido bastante.
No podemos permitir que uno de los aspectos más sanos de nuestra sociedad se pudra. Para muchos niños y jóvenes el deporte es escuela de vida, más que la propia escuela. ¡Cuidado! 



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