La verdad os hará libres. Juan 8, 31-42. |
Hay días que
parecen tener intenciones ocultas. Coincidencias que apuntan en una dirección. Ayer fue un día de estos.
Expliqué en clase, a mis alumnos de primero de secundaria, la relación entre historia y
literatura, y uno de los aspectos que tratamos fue la influencia de ésta en
el devenir de la historia.
Escuchaban
cuando les explicaba, que es tan grande esta influencia, que todos los
regímenes totalitarios o prohiben libros o los queman, y les puse ejemplos. Les dije que hoy en día hay países donde sigue sucediendo esto, y
además que también pasa con internet.
Y justo ayer por la tarde, trabajando ante el ordenador, estaban haciendo en la tele “Missing”, esa
gran película sobre el golpe de estado de Pinochet en Chile. Esta película que deberían
ver, en algún momento, los niños más mayorcitos con sus padres, analizarla y comprenderla. Por dura que sea. Aunque se conmuevan. Es bueno que se conmuevan por el dolor humano.
Porque es muy
importante educar a nuestros niños en el respeto a los diferentes, a los que no
son como yo, a los que no piensan como yo. En respetar las reglas del juego
acordado por todos, aunque no me beneficie. En el respeto a la vida humana como algo
sagrado.
Y también recordé aquella canción que tantas veces canté con los amigos, junto al fuego
en acampadas, en los locales parroquiales, en autobuses de línea yendo a la
Serranía, durante aquellos tiempos de la transición. Me ponía los pelos de
punta, y me los sigue poniendo.
Ahí va. Leedla
y si queréis escucharla pulsad en los vídeos que hay después de la letra. Uno es de un coro y el otro de Nacha Guevara.
Canto a la libertad.
Por el pájaro enjaulado.
Por el pez en la pecera.
Por mi amigo que está preso
porque ha dicho lo que piensa.
Por las flores arrancadas.
Por la hierba pisoteada.
Por los árboles podados.
Por los cuerpos torturados
yo te nombro, libertad.
Por los dientes apretados.
Por la rabia contenida.
Por el nudo en la garganta.
Por las bocas que no cantan.
Por el beso clandestino.
Por el verso censurado.
Por el joven exiliado.
Por los nombres prohibidos
yo te nombro, Libertad.
Te nombro en nombre de todos,
por tu nombre verdadero.
Te nombro y cuando oscurece,
cuando nadie me ve,
escribo tu nombre
en las paredes de mi ciudad.
Escribo tu nombre
en las paredes de mi ciudad.
Tu nombre verdadero,
tu nombre y otros nombres
que no nombro por temor.
Por la idea perseguida.
Por los golpes recibidos.
Por aquel que no resiste.
Por aquellos que se esconden.
Por el miedo que te tienen.
Por tus pasos que vigilan.
Por la forma en que te atacan.
Por los hijos que te matan
yo te nombro, Libertad.
Por las tierras invadidas.
Por los pueblos conquistados.
Por la gente sometida.
Por los hombres explotados.
Por los muertos en la hoguera.
Por el justo ajusticiado.
Por el héroe asesinado.
Por los fuegos apagados
yo te nombro, Libertad.
Te nombro en nombre de todos,
por tu nombre verdadero.
Te nombro y cuando oscurece,
cuando nadie me ve,
escribo tu nombre
en las paredes de mi ciudad.
Escribo tu nombre
en las paredes de mi ciudad.
Tu nombre verdadero,
tu nombre y otros nombres
que no nombro por temor.
Yo te nombro,
Libertad.
Letra de Paul Eluard, 1942
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