...y el tigre le dijo: no importa porque intentaremos ser omnívoros, si quieres... |
En aquel
tiempo, Jesús exclamó: Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque
has escondido estas cosas a sabios y entendidos y las has revelado a la gente
sencilla; sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien.
Mt. 11, 25-26
Pensé enseguida
en este pasaje del evangelio de Mateo cuando escuché el cuento que un alumno
del “cole”, de ocho años, había escrito en clase. Me gustó el cuento, mucho, y me llenó
de alegría ver cómo se cumple la
Palabra de Dios.
No quiero
extenderme mucho, porque quien habla en esta entrada es Sergio, pero sí quiero
haceros caer en la cuenta de algunas cositas.
Primero, de
cómo con pocas palabras se puede decir tanto, no hace falta más; segundo, de la
sencillez y claridad del planteamiento; tercero, de la humildad y el respeto
por el otro “intentaremos ser omnívoros, si quieres”, me encanta ese “si
quieres”; y finalmente de la conclusión, “y fueron felices siendo omnívoros”.
El camino a la felicidad pasa por el encuentro,que se produce cuando
renunciamos a nosotros mismos para abrirnos al otro.
¡Buf! ¡Demasiado!
Breve, sencillo, clarísimo, tierno, y de una profundidad insondable.
Ahí va,
disfrutadlo.
Y gracias
Sergio, muchísimas gracias, de verdad.
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