Hoy tomas tu
primera comunión Martina. Hoy es un día muy importante para ti, y para la gente
que te quiere. Hoy es un día que recordarás toda tu vida, aunque poco a poco
ese recuerdo irá alejándose en el tiempo, difuminándose en sus detalles…
¿Pero sabes
qué sería lo más bonito? Que no lo olvidaras nunca, y que no lo olvidaras por
lo importante que realmente fue en tu vida tal día como hoy.
Ahora tendrás
muchos regalos, una bonita fiesta, estarás guapísima (como siempre), serás la
indiscutible protagonista del día. Pero nada de todo eso es importante. Mola,
claro que sí, disfrútalo, pero ten claro que no es lo importante.
Sería bonito
que recordaras este día, 12 de mayo de 2013, porque fue el día en que acogiste
a Jesús en tu vida. Y eso, sí es importante.
Hace ya
algunos años, estábamos un día en la parroquia de José Luís y le dijiste, “José
Luís, enséñame a Dios”, no sé si te acordarás, y él sonrió, te cogió de la
manita y os fuisteis a ver a Dios…No sé qué visteis ni qué te dijo, eras aún
pequeñita, pero ahora, si vuelves a preguntárselo sí que sé lo que te dirá; te
dirá lo mismo que te digo yo ahora: si quieres ver a Dios mira a Jesús.
Porque mira,
Martina, Jesús, al que vas a hacer hoy sitio junto a ti, al que vas a tener muy
cerquita, fue el Hombre más extraordinario que jamás ha habido en la historia.
Valiente, justo, libre, enamorado de la vida, feliz, con una capacidad de amar,
de querer a la gente, como no podemos ni imaginar.
Él hoy vive
entre nosotros, y nos dice que lo más importante es que nos queramos, que nos
cuidemos unos a otros, que nos perdonemos. Nos dice que no tengamos miedo a
nada, a nada en el mundo, que Él está con nosotros, aunque a veces nos sintamos
solos. Nos dice que todo lo bueno, lo hermoso, lo justo está llamado a la vida
para siempre. Nos dice que la voluntad de Su Papá, como él llama al Padre, es
que todos seamos felices. Que tú seas feliz, Martina.
Que cuando
seas viejecita, y mires atrás, habiendo quedado ya muy lejos tu primera
comunión, puedas decir que tu vida ha valido la pena, que has querido mucho y
te has sentido muy querida, que has vencido al miedo, que has sido libre. Que
tengas entonces ya la seguridad de que lo mejor en la vida estará siempre en el
futuro, no en el pasado, por bueno que haya sido.
Martina que
seas siempre feliz. Es la voluntad de Dios. Y no olvides nunca que Jesús es lo
mejor, lo mejor que puede pasarnos a los hombres.
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