A esto no se llega por casualidad. Hay que "currárselo". Empezando por el "déjalo, aún es pequeñito...". |
El texto que
reproduzco a continuación es ya muy conocido y ha sido repetidamente copiado,
ampliado, reducido, refundido... Además se le han atribuido ya varios
autores.
Según mis
datos, es original de la Dirección General
de la Policía
de Seattle, ciudad situada en el estado norteamericano de Washington.
Me parece
interesante, y aunque, como ya he dicho, está por muchas partes, por si alguno
de los amables lectores de este blog aún no lo conoce, ahí va.
Si queréis
hacer de vuestro hijo un delincuente:
1. Dadle desde la infancia todo
lo que quiera. Así llegará a ser mayor convencido de que el mundo le debe todo.
2. Si dice tonterías reíd. Así
creerá que es un gracioso.
3. No le deis ninguna formación
espiritual. Cuando sea mayor de edad, ya escogerá.
4. No le digáis nunca, eso está
mal. Podría crearse complejos de culpa. Y más tarde, cuando por ejemplo, sea
arrestado por robar un coche, estará convencido que es la sociedad quien le
persigue.
5. Recoged todo lo que él tira
por los suelos. Así se convencerá de que todos están a su servicio.
6. Dejadle leer todo. Desinfectad
su vajilla, pero dejad que su espíritu se recree en cualquier torpeza.
7. Discutid delante de él. Cuando
vuestra familia esté destrozada, él no se dará por enterado.
8. Dejadle todo el dinero que
quiera. Así ni siquiera sospechará que debe trabajar parta poder disponer de
dinero.
9. Que todos sus deseos estén
satisfechos. ¡De otro modo resultará un frustrado!
10. Dadle siempre la razón. Así
creerá que los profesores, la gente y la ley le están siempre deseando el mal.
…y cuando haya
llegado a ser un verdadero desastre proclamad que nunca habéis podido hacer
nada con él. Os habéis preparado una vida de dolores. Y seguramente los
tendréis.
es tremendamente duro, pensar que hay padres, que siguen a racatabla todos los punto, es trite pero cierto, espero no cumplir ningún requisito de estos con mis hijas, aunque confieso, que las mimo un poquito más de lo normal, gracias
ResponderEliminarPues nada, ánimo. Y a no agobiarse. En educación, los errores puntuales son "metabolizados" por el proceso educativo y no dejan huella. Lo malo es el error constante y siempre en la misma dirección. Eso sí hace daño.
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