Hoy, 24 de enero de 2015, hace treinta años que
viniste al mundo. Y sólo cuatro años después subiste, por tu propio pie, tu
primera cima pirenaica, el Lákora, de 1847 metros, allá en
Navarra.
Te acompañábamos tus papás, nuestro amigo Javi, yo y
¡cómo no! tu hermana Laura que, por entonces tenía dos añitos y subió en la
sillita, a la espalda de tu padre. Dejasteis una nota con vuestras “firmas” en
la cajita que había para ese menester en la cima. Habías salvado 419 metros de desnivel.
Fue un día muy bonito y lo recuerdo, después de tanto
tiempo, perfectamente. Había, como allí es frecuente, un extenso mar de nubes y
el cielo tenía ese azul profundo propio de la alta montaña. Hierba, flores y
hayas espectaculares. Nos encontramos con ovejas y caballos y los buitres
volaban sobre nosotros.
El Anie o Auñamendi, al que iríamos pronto y el Orhy,
nos vigilaban desde su altura, emergiendo orgullosos sobre las nubes.
Aquel día, como otros muchos días a lo largo de tu
infancia, tus padres te estaban regalando uno de sus más preciados bienes, el
amor a las montañas. Y yo también. Y para ellos y para mí fue un gran día.
Porque todo lo que en ellas hemos gozado y sufrido,
en suma hemos vivido, nos ha llevado “a un cierto estilo de vida donde se
mezclan la alegría de vivir y el sufrimiento, la meditación y la actividad
febril, pero siempre se siente en el trasfondo personal un impulso formidable
que invita a vivir, que convence de que la vida es muy bella…”
Bueno, la “parrafá” entrecomillada no es mía, es de
un biólogo pirineísta francés, Claude Dendaletche, del que leí un libro de esos
que dejas, se te olvida a quien lo has dejado, y no te lo devuelven. Pero es
bonita, ¿verdad?, y cierta.
Pues este es nuestro deseo en el día de tu
cumpleaños, que nunca te abandone ese impulso formidable que invita a vivir,
que puedas decir siempre, por alta que venga la ola, que la vida es muy bella,
siempre, siempre, siempre.
¡Feliz cumpleaños!
Isabel y Jesús.
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Empezando la ascensión. |
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En una parada contemplando el increíble karst de Larra. |
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Ahí estás, con tus cuatro añitos, desafiando al vértigo. Al fondo el Rincón de Belagua. |
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Creo que en esta foto llevas mi piolet. Al fondo, el Petretxema, La Mesa de los Tres Reyes... |
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Cima del Lákora. Nuestro objetivo. Tu primera cima pirenaica. |
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Laura y tú muy cerca de la cima. |
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En la cima. |
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Panorama al norte. |
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Tú firmando la nota que dejamos en la cima. |
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Y esto es lo que firmasteis Laura y tú. |
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Esta foto me parece preciosa. Estáis dejando vuestra "huella" en la cima. |
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El Aníe, que subiríamos no muchos años después. |
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Paisajes de cuento. |
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Más paisajes. |
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Y más aún. |
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También me parece una foto preciosa. |
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¿Qué contemplabas a tus cuatro añitos, desde allá arriba? |
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Ya en el valle, a correr en la hierba...¡qué bonito! |
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