Más literatura. Hoy, 6 de enero, comparto en el blog
un bonito texto del poeta argentino Héctor Gagliardi, nacido en Buenos Aires en
1909 y fallecido en Mar del Plata unos días después de Reyes del año 1984,
titulado Los Reyes Magos.
Está escrito desde la perspectiva de un niño que ha
escrito su carta a los Reyes y ve cumplidas sus esperanzas. Pero este niño, no
piensa sólo en él, en su tren. Es capaz de ver a su alrededor e invitar a jugar
a su vecino enfermo y con el padre en paro, y también de ir más lejos y pensar
en esos otros niños que por culpa de una guerra, de cualquier guerra, tampoco
tendrán sus regalos, sino un miedo que aterra…
Y el niño acaba rezando, como ha aprendido con su "vieja", y arrodillado, en una escena de inocencia infantil conmovedora, le dice
a Dios, “Si vos pararas la guerra, pasarían los camellos. ¡Yo te lo pido por
ellos, por los pibes de mi tierra!”.
-¡Si vos no te portás bien,
le digo a los Reyes Magos
que te dejen sin regalo
y te quedas sin el tren!...
Es que mi vieja, también,
un poco se aprovechaba…
por que esa noche llegaban
los Tres Reyes de Belén.
La carta la había mandado
sin faltas de ortografía,
así los reyes veían
que era un chico aplicado.
Hice todos los mandados,
me lave hasta las orejas,
porque ese día mi vieja
me tenia acorralado.
La luna hacia brillar
el lustre de mis zapatos...
Y si ellos fueran chicatos,
¿quién les podía avisar?
Por eso al irme a acostar,
puse la almohada a los pies
y me acosté del revés
para poder vigilar...
¡Cuando más lo precisaba
me vengo a quedar dormido!
Me desperté a los maullidos
del gato de la encargada...
Ya entraba la madrugada
de un radiante seis de
enero,
y un trencito, el más
diquero,
del umbral me saludaba...
Lo habían dejado de frente
ya listo para marchar...
Con él me iba a despertar
a mi madre alegremente.
¡Qué alegría que uno siente!
- explicarlo yo no puedo-
¡Unas ganas de ser bueno,
de ser bueno hasta la
muerte!
Al que dejaron sin nada
fue al hijo de la de al
lado...
¿Cómo se habrían olvidado?
Siempre “muy bueno” sacaba...
Con nosotros no jugaba
porque en seguida tosía,
y los reyes no sabían
que el padre no trabajaba...
Yo comprendí su dolor.
Cuando me vio con el tren
se acerco a mirarlo bien
y después lo acarició...
A mí me daba calor
de que me viera jugar
y en casa lo invité a entrar
y él también se divirtió...
¡Cuantos Reyes han pasado
por la puerta de mi vida!
Y a mí alma dolorida,
¡cuantas veces la he dejado
como un zapato gastado,
esperando a su Melchor
que le dejara el amor
para un mundo envenenado!
Esta noche por los cielos
llegarán los Reyes Magos;
vendrán trayendo regalos
a los chicos que son buenos,
pero hay otros pibes buenos
en otro lado de la tierra,
que por culpa de una
guerra...
¡No han de pasar los
camellos!
Señor: yo aprendí a rezar
arrodillado con mi vieja;
Si nunca te fui con quejas
hoy me tenés que escuchar:
¿Por qué tienen que pagar
esos pibes inocentes,
el que en el mundo haya
gente
que sólo piensa en matar?
Ellos ¿qué saben de
guerras?...
¡Ellos quieren Reyes Magos!
¡Y ellos, en vez de regalos
tienen un miedo que aterra!
Si vos pararas la guerra,
pasarían los camellos.
¡Yo te lo pido por ellos,
por los pibes de mi tierra!
¡Feliz Día de Reyes!
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