Es
curioso cómo tal día como hoy, San Valentín, el día de los enamorados, día muy
comercial por cierto, el icono que casi
todos tenemos en la cabeza es el de Cupido. Ese niño, con los ojos vendados, y
con su arco y sus flechas que va por ahí sembrando el amor y el desamor.
Como
niño que es, es travieso, voluble, inconstante. No atiende a razones. Además
lleva los ojos vendados. No ve lo que hace, ni le importa. Y su madre, Afrodita,
está preocupada por él porque no crece, no madura…
Mucho
menos conocido, su hermano, Anteros, nacido después, representado por un apuesto
joven con alas de mariposa y larga cabellera, es serio, constante y responsable.
Anteros
es el dios del amor correspondido, de la pasión inextinguible, del amor feliz. Cupido,
el del enamoramiento banal, superficial, tan fogoso como pasajero. Hermanos de
la misma madre, Afrodita, la diosa del amor y la belleza, y del mismo padre, Ares,
el dios de la guerra. Hermanos bien diferentes.
Y
como he dicho, me resulta curioso, y no sé hasta qué punto significativo, que
es a Cupido al que todos tenemos en la cabeza, y no a Anteros, a quien casi nadie conoce, cuando
hablamos del amor.
¿A
quién nos “vamos a encomendar” hoy, 14 de febrero? A Cupido o a Anteros. Todos
pensamos en Cupido, pero ¿es el amor deseable? Parece ser que nuestra sociedad,
hace ya mucho tiempo optó por Cupido. Es así y así nos va.
Pero
yo hoy, os deseo a todos la “bendición” de Anteros.
¡Feliz
día de San Valentín!
Os invito a que veáis el siguiente vídeo, que ha enviado Juan esta mañana a todos los compañeros y que va en la línea del comentario que he hecho sobre Cupido y Anteros. Si estás enamorado no te cases...aún.
Os invito a que veáis el siguiente vídeo, que ha enviado Juan esta mañana a todos los compañeros y que va en la línea del comentario que he hecho sobre Cupido y Anteros. Si estás enamorado no te cases...aún.
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