Fin
de semana de contemplación en el Pirineo. Mucha nieve, cielo azul, muy azul,
viento en calma… Una sencilla pero espléndida ascensión en soledad y silencio.
Los amigos solos, allá arriba. ¡Qué más se puede pedir! Ha sido tan breve, pero
tan diferente y tan intenso, que parece que haya sido un sueño. Sí, un sueño…
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En la primera cima, el Tozal Blanco. Al fondo la sierra de Maristás y el macizo del Cotiella. |
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Legando a la segunda cima, el pico de la Ribareta de Comodoto. El macizo de Cotiella se ve entero. |
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Y el Monte Perdido muy cerca, el rey indiscutible de toda la región. |
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También sus vecinos,el Soum de Ramond y el Cilindro, arropándolo, se ven muy buen desde la cima. |
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El circo de Pineta. |
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La Aguja de Lavasar desde Serveto, en el valle de Gistaín. Un buitre la sobrevuela. |
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