Me
gusta contemplar desde la tranquilidad y la soledad de las montañas la ciudad
abajo y a lo lejos. Contrasta la paz y el silencio de allá arriba con el
ajetreo, las prisas, los agobios…, de allá abajo. En particular me gusta ver la
silueta de las grúas del puerto, recortándose contra el mar, los barcos,
fondeados fuera del puerto, esperando su turno…
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