Lo que me dio risa o rabia, o ambas. Llamémosle "rirabia".
Preparaba ayer la cena cuando en el telediario hablaban de la propuesta de Luis de Guindos como vicepresidente del BCE. Lo que venía después era previsible. Ciudadanos, o se abstendría o apoyaría la propuesta, y el PSOE y Podemos estarían en contra.
Preparaba ayer la cena cuando en el telediario hablaban de la propuesta de Luis de Guindos como vicepresidente del BCE. Lo que venía después era previsible. Ciudadanos, o se abstendría o apoyaría la propuesta, y el PSOE y Podemos estarían en contra.
Todo dentro
del guion. Todo previsible. Uno de los partidos opositores justificó su postura
aduciendo que este señor está al servicio de los poderes económicos, y que por
lo tanto, en este cargo, nada hará por
el personal de a pie, personal del que ellos se sienten únicos y prístinos
defensores. Será esto discutible o no, pero tiene su coherencia.
Pero
entonces vino la sorpresa, el quiebro, el impacto que casi logró que me cortara
un dedo con el cuchillo con el que pelaba una patata. La “portavoza”, como
dirían los de antes, del PSOE dijo, enfadadísima, que el motivo de la oposición
de su partido a este nombramiento es que no hayan elegido a una mujer. Añadió
después que eso demostraba que el gobierno no está haciendo nada por la
igualdad entre géneros. Ahí queda el argumento, y lo que se supone que el
argumento demuestra.
¡¡¡Impresionante
argumento, por cierto!!! Lo de la patata y el cuchillo va en serio. ¡¡¡Impresionante!!! Inmediatamente deduje que es
muy posible que si el señor de Guindos fuera la señora de Guindos, no hubieran
tenido problema alguno con la propuesta en cuestión. Lógica conclusión, ¿no?
No
salía de mi asombro. No sabía si reírme o ponerme a rabiar de pura vergüenza
ajena. Porque me da muchísima vergüenza que sean capaces, no sólo de pensar
semejante imbecilidad, sino de decirla en público. Imbecilidad sexista hasta la
náusea, porque puede haber muchos criterios, más o menos discutibles, para elegir
a un candidato para este o para cualquier otro cargo, pero el sexo… ¿Puede ser
el hecho de que una persona sea hombre o mujer criterio para poder ser
vicepresidente del BCE? Es justamente plantear esto la más feroz de las
discriminaciones sexistas. Y además lo dicen, no se cortan un duro.
Si
hubiera sido la señora Luisa de Guindas del Pastel de Fresa en vez de Luis de Guindos y
Jurado ¿les hubiera parecido bien? ¡Claro que no! Hubieran entonces buscado otro argumento, pero el más lógico y razonable, no sé si cierto, ya se lo habría “pillao” la
competencia. ¿Qué se les habría ocurrido entonces?
Estoy
convencido de que si Pablo Iglesias, el fundador del PSOE, levantara la cabeza y viera por los
erráticos y desnortados caminos por donde anda su partido, la volvería a
agachar de pura vergüenza. ¡Con la buena gente que hay en sus filas!
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