Va y
resulta que te apetece cenar un guisadito calentito. Hace frío. Pero no tienes
ganas de complicarte la vida. Abres la nevera y ves tres o cuatro zanahorias y
una bandejita de pollo troceado. En la despensa hay un bote de tomate
triturado. ¡Ya está! Manos a la obra.
Ingredientes.
-Una
bandeja de pollo o conejo troceados.
-Un
bote pequeño de tomate triturado.
-Tres
o cuatro zanahorias.
-Vino
blanco para guisar.
-Laurel.
-Pimienta
negra en polvo.
-Tomillo.
-2
pastillas de caldo de carne.
-Aceite.
Cortamos
las zanahorias y las sofreímos en el aceite. Luego añadiremos el tomate ya que
se fríe mucho antes. Cuando todo esté fritito, añadimos la carne y la cubrimos
con el vino. Después, el laurel, la pimienta, las pastillas de caldo y el
tomillo. Y a esperar a que se cueza.
Sólo
hay que vigilar para que no se quede sin caldo y se queme. ¿Cuándo se saca?
Cuando la carne esté envuelta en lo que debe ser una sabrosa salsa. Salsa que
llama a gritos al pan, e incluso a hacerse con ella un chupito. No le hagáis
ascos a esto. Está buenísimo.
¡Buen
provecho!
No hay comentarios:
Publicar un comentario