Un
festival meteorológico. Así han hablado en la tele de los días que se avecinan.
Y yo, como podéis imaginar, me alegro mucho, muchísimo. Lluvia, nieve, frío, y
para todos, esta vez para todos. Esta vez parece que no somos los marginados.
Alertas
por doquier y de todos los colorines. Avisos. Llamadas a la prudencia. Aun así
habrá mentecatos que se quedarán “por ahí tiraos” y la culpa la tendrá, ¡cómo
no! el gobierno. Pero bueno, el mejor desprecio es no hacer aprecio, dice el
refrán. O sea que si uno es tan capullito de alhelí como para meterse en el
berenjenal con todo lo que nos están avisando, allá él (huy, perdón) o ella. Ni
caso.
Así
que a disfrutar de la fiesta, con prudencia, pero a disfrutar de un temporal de
invierno como Dios manda.
¡Buenas
noches!
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