El
número de palabros en inglés (NPI) que utiliza una persona al hablar castellano
o valenciano es directamente proporcional a su IGL (Índice de gilipollez
lingüística).
Sin
ánimo de ofender. Es sólo un descubrimiento que han hecho científicos de la
NASA. De hecho, si a alguien le ofende la palabra gilipollez, puede sustituirse
por su sinónimo, necedad. Diríamos entonces índice de necedad lingüística (INL),
entendiendo por necedad:
1. f. Cualidad de necio.
2. f. Dicho o hecho necio.
Y por
necio:
Del lat. nescius.
1. adj. Ignorante y que no sabe lo que podía o debía saber. U.
t. c. s.
2. adj. Falto de inteligencia o de razón. U.
t. c. s.
3. adj. Terco y porfiado en lo que hace o dice. U.
t. c. s.
4. adj. Propio de la persona necia.
Así
queda la fórmula:
NPI=IGL/INL
¿Qué
puede llevar a una persona a renunciar a las palabras de su propia, rica y
hermosa lengua, sustituyéndolas innecesariamente por otras ajenas que, aún en
el caso de que signifiquen lo mismo, no tienen
ni alma, ni historia entre nosotros? Pues eso, su alto IGL/INL.
NOTA:
Queda por estudiar la relación entre el IGL/INL y el IGG (índice de gilipollez
general) o ING (Índice de necedad general). Parece ser que aquí la correlación
no es tan alta. Esto lo están estudiando los rusos, que últimamente se meten en
todos los saraos.
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