FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Fue un inesperado y bonito regalo.



Sucedió el día del Concierto de Navidad. Entrábamos en el auditorio cuando un antiguo alumno, al que había saludado hacía un momento, se me acercó y me dijo que quería decirme algo.
Y fue un grandísimo regalo lo que me dijo. A él no le gustaba leer, y gracias a aquellas clases de lengua, ya muy lejanas, en las que entre otros leímos El Camino, de Miguel Delibes, se aficionó a la lectura; y hoy, muchos años después, sigue siendo un ávido lector de esos que, como a mí, le gustan los libros de papel, su tacto y su olor, y tenerlos en casa.
Y yo recibí aquella palabras de gratitud entre sorprendido y agradecido. No sé muy bien qué le dije, pero sí sé que intenté trasmitirle la alegría que con sus palabras me había dado. Y entré en el concierto.
Arropado por la música de la banda pensaba que hechos como estos justifican una vocación. Es lo más que a un profesor de lengua se le puede decir, el mayor regalo que se le puede hacer. Decirle que ha abierto a sus alumnos las puertas de la literatura, permitiéndoles entrar en un mundo tan inmenso como maravilloso, porque estoy convencido de que no se vive igual leyendo que sin leer. La literatura, si te toca, te transforma.
Además se añadía a mis pensamientos el momento actual de mi vida en el que determinadas circunstancias médicas me apartan temporalmente de entrar en el aula. Y queda ya muy poco para la jubilación.
Quiero pues agradecer de todo corazón, a mi antiguo alumno, sus palabras. Y a Miguel Delibes, y con él, a todos los que a través de mis clases han entrado en las vidas de mis alumnos, su obra. Porque yo, después de todo, lo único que he hecho es facilitar el encuentro de sus jóvenes vidas con las de los autores de los libros con los que hemos gozado juntos.
Sí, tengo en común con este buen hombre que me dio la alegría, y con muchos más, que de mil maneras diferentes también me lo han dicho, a Daniel el  Mochuelo; Germán el Tiñoso; Roque el Moñigo; don José, que era un gran santo; las Guindillas…
¡Y qué bonito ese eso!

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