FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 15 de mayo de 2019

¿Dónde están los progresistas?

¿Quién es quién?

Me da rabia que determinado sector del espectro político, el que se autodenomina con la hueca palabra izquierda, se apropie de la palabra progreso. Y además que todo el mundo lo asuma como lo más natural y cierto, medios de comunicación incluidos.
Esta aparente evidencia es profundamente falsa y no resiste un análisis objetivo mínimamente serio desde ningún punto de vista. Yo voy a hacerlo desde la dialéctica, pero se podría hacer desde otras muchas perspectivas.
Es un hecho que para afrontar los distintos retos que el devenir social nos plantea buscamos respuestas a estos retos. A una respuesta vamos a llamarle tesis. Pero pronto, a esta tesis se le opondrá otra posible respuesta, a menudo contraria, que le llamaremos antítesis.
Hasta aquí no podemos hablar de progreso, sino de dos planteamientos distintos y normalmente contrapuestos. El progreso estará en la síntesis que mentes abiertas, honestas, inteligentes y capaces de dialogar hagan de confrontar la tesis y la antítesis.
Y con el tiempo, esta síntesis se convertirá en tesis a la que se le opondrá otra antítesis, y así sucesivamente. Esto es el progreso. El verdadero progreso. El filósofo Hegel y después Marx son dos de los pensadores que profundizan en este planteamiento que clarifica muchos aspectos del confuso circo político de entonces y de ahora.
La función de establecer las tesis y las antítesis suele recaer en los radicales, y es una función imprescindible, pero no son el progreso. Como no lo es nadie que se atrinchere en planteamientos que no busquen la síntesis. Porque la verdad, la llave maestra que abre todas las puertas, el brebaje que cura todos los males, no lo tiene nadie. ¡Y huyamos despavoridos de quien diga tenerlo!
Aplicad este sencillo planteamiento filosófico a la realidad actual de nuestro país, a nuestros problemas más acuciantes, a nuestras asignaturas pendientes, a unas inminentes elecciones… Y pensad si alguien está buscando la síntesis, o si cada uno está anclado en sus tesis o sus antítesis.
Quizá éste es el gran problema que tenemos en España. Que nadie está buscando síntesis sino la victoria de sus tesis. Pero eso no es el progreso. Por eso me da rabia que todos aquellos que defienden sus tesis o sus antítesis, según se mire, sin la más mínima intención de llegar a síntesis alguna, tengan la arrogancia y la desvergüenza de llamarse progresistas.

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