FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

jueves, 9 de mayo de 2019

Salir del corazón de una rosa blanca.



Ha partido hoy, el día siguiente al de su santo, a la Casa del Padre, mi tía Amparín, la hermana de mi madre. Son muchos los recuerdos que de ella tengo, y todos gratos y entrañables.
Pero sobre todos destacan dos épocas de mi vida en las que estuvo muy presente. Una de ellas fue cuando yo era niño, en los veranos pasados en el chalet de mis abuelos, en La Cañada. Éramos cinco niños, yo el mayor, y entra ella y mi madre fueron capaces de regalarnos un tiempo del que puedo decir, "ojala que puedas conocer los veranos que vivido yo", como dice Mocedades.
La otra, cuando yo ya era mayor y habiendo ella enviudado, se venía con nosotros unos días al Pirineo, en verano. Siempre pensé que de alguna forma era un más que justo agradecimiento a lo que nos regaló cuando niños. Y sé que disfrutaba.
Quiero esta tarde, a modo de homenaje y en su memoria, compartir uno de los textos más conmovedores de Platero y yo. El Canario se muere.

Mira, Platero, el canario de los niños ha amanecido hoy muerto en su jaula de plata. Es verdad que el pobre estaba ya muy viejo... El invierno último, tú te acuerdas bien, lo pasó silencioso, con la cabeza escondida en el plumón. Y al entrar esta primavera, cuando el sol hacía jardín la estancia abierta y abrían las mejores rosas del patio, él quiso también engalanar la vida nueva, y cantó pero su voz era quebradiza y asmática, como la voz de una flauta cascada.
El mayor de los niños, que lo cuidaba, viéndolo yerto en el fondo de la jaula, se ha apresurado, lloroso, a decir:
—¡Puej no l’a faltao na: ni comida, ni agua!
No. No le ha faltado nada, Platero. “Se ha muerto porque sí” , diría Campoamor, otro canario viejo...
Platero, ¿habrá un paraíso de los pájaros? ¿Habrá un vergel verde sobre el cielo azul, todo en flor de rosales áureos, con almas de pájaros blancos, rosas, celestes, amarillos?
Oye, a la noche, los niños, tú y yo bajaremos el pájaro muerto al jardín. La luna está ahora llena, y a su pálida plata, el pobre cantor, en la mano cándida de Blanca, parecerá el pétalo mustio de un lirio amarillento Y lo enterraremos en la tierra del rosal grande.
A la primavera, Platero, hemos de ver al pájaro salir del corazón de una rosa blanca. El aire fragante se pondrá canoro, y habrá por el sol de abril un errar encantado de alas invisibles y un reguero secreto de trinos claros de oro puro.

Esa primavera en la que hemos de ver al pájaro salir del corazón de una rosa blanca es ya su primavera, y hoy habrá, en este sol triste de mayo, "un errar encantado de alas invisibles y un reguero secreto de trinos claros de oro puro."
Esta es nuestra fe, esta es nuestra esperanza.
Esta era tu fe, esta era tu esperanza. ¡Que Dios te bendiga y te dé la vida y la alegría para siempre!

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