Acabo
de oír en la tele que Podemos y Vox recelan de la reunión entre Sánchez y Núñez
Feijóo. ¡Claro! ¡Cómo no! Todo lo que huela a diálogo y moderación pone en
alerta a los extremos. Es normal, lógico, incluso no debería ser noticia, como
no lo es el hecho de que salga el sol, lo veamos o no, todos los días.
Lo que
no es normal ni lógico, y no lo entiendo por muchas vueltas que le dé, es que
según dicen, el escollo principal para el entendimiento entre ambos son los
pactos del PP con Vox. Y eso lo dicen quienes han formado Gobierno con Podemos.
No solo han pactado, es que los tienen en el Gobierno.
Cuestión
de geometría. Entre el PP y el PSOE, no hay sitio, por eso pasa lo que pasa con
Ciudadanos; está en el eje de simetría y allí es muy, muy difícil ubicarse. Y a
un lado y al otro de los grandes están los extremos. Si doblamos por ese eje de
simetría, simetría perfecta; pero algunos no quieren, ¡ya ves! No les gusta la
simetría.
¿Por
qué un extremo tiene derecho a existir y el otro no? ¿Por qué unos gobiernan y
a los otros hay que ponerles cordones sanitarios? No lo entiendo. Y lo que tengo claro es que eso no es una
actitud democrática. Una democracia asimétrica no es una democracia sana, está
infectada de totalitarismo.
Personalmente,
como mucha gente, comparto tanto algunos de los planteamientos de Podemos, como
algunos de los de Vox, pero no puedo “entregarme” a ninguno de los dos porque
no comparto de ningún modo otros muchos de sus planteamientos.
Por
eso, buscando la moderación, que facilita siempre el verdadero progreso y la
justicia social, espero ardientemente que esta reunión próxima entre don Pedro
y don Alberto sea fructífera. No lo sé.
Estaría
muy bien que los extremos, que deben existir y a los que hay que escuchar, a
ambos, fueran, no más ni menos que ese Pepito Grillo que toda democracia
necesita para que a los grandes no se les “suba el pavo” y no se crean los
salvadores de la patria únicos y exclusivos, porque las patrias o se salvan
entre todos o no se salvan.
Y
quien gobierne, sea quien sea, que lo haga para la inmensa mayoría que en
realidad, si dejaran de manipularla entre unos y otros, formaría un gran
partido que más allá de ideologías, prejuicios, rencores atávicos y demás
zarandajas, solo aspira a vivir libre y en paz.
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