Corría el año 1980, y tal día como hoy, un 4 de
octubre, regresaba de pasar una semana solo en Góriz. Aquellos días fueron una
auténtica experiencia iniciática en mi relación con la montaña.
Había subido sólo 23 cimas, pero ya tenía muy claro
que aquello era lo mío. Además las próximas navidades me tenía que ir
irremediablemente a “la mili”. Había que aprovechar.
Salí de Valencia el 25 de septiembre, en tren, hasta
Tarragona. De allí, también en tren, a Lérida. De Lérida, en autobús a
Barbastro. Luego, de Barbastro a Boltaña, donde me hospedé en un hotelito y
contraté un taxi para que al día siguiente me subiera a Ordesa.
El día 27 de septiembre, temprano, salí hacia Góriz.
Era domingo y me crucé con algunos grupos que bajaban del refugio. Cuando
llegué sólo estaba el guarda. Acampé cerca.
Y solo, me pasé toda la semana. Por las noches,
tomando café con el guarda, planificaba el día siguiente y muy temprano, siempre de noche, salía hacia
las cumbres. Monte Perdido, Taillon, Brulle, Cilindro, Marboré, Punta Custodia y
de nuevo Monte Perdido donde el 2 de octubre estuve solo allí arriba desde las 8
de la mañana hasta las 5 de la tarde. Creo que es la cima, vivacs aparte, en la
que más tiempo he estado nunca. Ese día no subió nadie.
Recuerdo que fui plenamente feliz. Alcancé una
intimidad con las montañas que ya nunca he perdido. La certeza, que jamás me ha
abandonado, de que a eso me quería dedicar el resto de mi vida.
Y después, al paso del tiempo, también me di cuenta gracias a aquellos días, del inmenso respeto de mis padres a mi libertad y a mi
vocación. No supieron nada de mí, entonces no había móviles, desde el 26 de
septiembre hasta el 4 de octubre. Y sabían que estaba solo y en alta montaña.
Imagino cómo esperarían mi llamada. Pero nunca me pusieron problemas. Sólo,
cuídate, por favor.
Hoy, 34 años después, con cientos de viajes y más de
2000 cimas en mi haber, aquellos días siguen resplandeciendo con luz propia. Y
la gratitud de quienes me dieron la vida, y la libertad para gozarla, y me
enseñaron el camino de las montañas, mis padres, sigue creciendo día a día,
tras cada nueva ascensión, tras cada amanecer en la montaña, tras cada día
azul, tras cada noche de estrellas…
A continuación tenéis 9 fotos de aquel viaje, y
pulsado el enlace siguiente Una semana en Góriz. todas las que hice. Son diapositivas digitalizadas,
un poco sucias y estropeaditas, pero tienen su gracia.
Refugio de Góriz hace 34 años. |
Mi tienda, mi primera tienda de montaña. |
Glaciar norte del Monte Perdido desde la antecima del Perdido. |
Brecha de Rolando. |
Cima del Monte perdido con mi casco. Al fondo, el Vignemale. |
Monte Perdido desde el Cilindro en octubre. ¡Ojo! Aún no había nevado. |
Valle de Añisclo desde la Punta Custodia. |
Macizo de las tres Sorores desde la Sierra Custodia. |
Tozal de Mallo desde el valle de Ordesa. |
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