Llueve,
el agua corre por las calles, por los campos, por los bosques, por las montañas
donde ya es nieve en las cimas más altas. El otoño desciende hacia los valles y
los árboles lo anuncian en una magnífica fiesta de luz y color que contrasta de
un modo magnífico y sobrecogedor con el cielo gris y las nubes bajas.
La
montaña entera se prepara para el invierno, y es en estos meses de octubre y
noviembre cuando la veo más bella, cuando al acercarme a ella me parece que
nuestra relación es más íntima, más profunda, casi diría que es cuando la veo
más humana.
Desde
Torla, sea bienvenido el otoño. Fuera, llueve, y sé que en las altas cimas del
macizo del Monte Perdido y de Gavarnie, tan próximas y a la vez tan lejanas,
nieva.
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La iglesia de Torla bajo la lluvia. |
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Colores en Ordesa. |
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Camino a la ermita de la Virgen de Morillo en Broto. |
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Camino a la ermita de la Virgen de Morillo, en Broto. |
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Parra virgen en Broto. |
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Torla. Sus calles mojadas por la lluvia. |
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Desde el camino a la ermita. |
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Pueyo de Ballarín subiendo hacia la ermita. |
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El valle de río ara. |
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Colores en Ordesa.
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