Así
estaba Ordesa, como podéis ver a continuación. Viento fuerte, mucho frío, poca
nieve, hielo, hielo por doquier. Realmente no era un día de altas cimas, aunque
el cielo azul, intensamente azul, y las blancas aristas de las montañas parecían
llamarnos, parecían incitarnos a ascender. Pero era más nuestro deseo que lo
que la montaña nos mostraba, ya que nubes de nieve, empujadas por el viento se
elevaban, se arremolinaban, descendían para volver a ascender, y nos recordaban
que en días así, allí arriba no se podía vivir.
Sí,
este domingo era una de estas jornadas en que la montaña soberbia, hermosísima
se complacía en su absoluta soledad.
Lo
entenderás si echas un vistazo a las fotos, pero más aún si pulsas el siguiente
enlace La fuerza del viento.
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El Pico de Otal desde el Valle de Ordesa. |
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Detalle de las murallas de Ordesa. |
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Panorama de las murallas de Ordesa. |
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Hielo cerca de la cascada del Estrecho. |
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Cascada del Estrecho. |
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Hielo en las murallas de Ordesa. |
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Detalle de la cascada del Estrecho. |
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Detalle del inicio de la cascada del Estrecho. |
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Hielo venteado en las murallas de Ordesa. |
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El viento levanta nubes de nieve. |
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El cielo era azul. Es nieve lo que lo pinta de blanco. |
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