Justo 24 horas antes de que acabe el año, nos vamos a
reunir un grupo de amigos, alrededor de una caldereta de jabalí, y otras exquisitas viandas que ellos aportarán, para vernos y
estar juntos primero que todo, y luego para despedir al año pasado con doce
pasas, “arrugás” y oscuras pero muy dulces. Mañana ya recibiremos al nuevo, con
uvas verdes y jugosas, también dulces.
Y es que cada 31 de diciembre brindamos por la
juventud del nuevo año y se nos olvida hacerlo por el que ya pasó, por todas
sus luces y todas sus sombras, y por todo lo que de él pudimos aprender.
Nos cuesta aunar el pasado con el futuro, pero esa
unión es el presente, y un presente todo futuro está tan vacío como un presente
todo pasado. Ambos son estériles y se autodestruyen de pura inconsistencia. Son
pompas de jabón.
Hartito estoy
de la vanidosa, prepotente y estúpida cantinela de que hay que dejar
paso a los jóvenes, que de ellos es el futuro, que ellos saben qué hacer con el
mundo y con la historia.
Y hartito estoy del también vanidoso, prepotente y
estúpido discurso del casi viejo y del ya viejo, que convencido de la gran
sabiduría que ha adquirido con la experiencia menosprecia y ningunea al joven
cerrándole puertas y ahogando su ilusión.
El joven trepa, ansioso de brillar, lleno de fuerza y
vigor avasalla al viejo despreciando el tesoro de sabiduría y prudencia que ha
adquirido con el tiempo. Y el viejo lleno de sí mismo, desprecia al joven, su
fuerza, su vigor aún casi intactos, ignora sus ideas nuevas. Y todos resultan
al fin, patéticos y su trabajo deviene en un campo baldío.
¡Cuánto más avanzaríamos todos si fuéramos capaces de
aunar la ilusión, la fuerza y el vigor de la juventud con la experiencia y el cansancio
lúcido de la vejez! Éste es el camino. Juntos, los que ya hemos comido muchas
uvas con los que aún les quedan muchas por comer.
No hay otro camino. Unir pasado y futuro para hacer
un presente recio, consistente, que mire agradecido al ayer e ilusionado al
mañana.
¡Uy, parezco el Rey! Perdonad, pero es que se me ha
ocurrido esta tarde y, bueno, pues os lo cuento.
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