La
memoria del 11M y la noticia de la muerte de Gabriel se unen hoy dando un
tinte negro y triste al día... Silencio
y oración, una oración que me reconforta y me abre a la esperanza de ese Cielo Nuevo
y esa Tierra Nueva en la que Dios en persona estará con nosotros, y será
nuestro Dios. Él enjugará las lágrimas de nuestros ojos y…
ya no habrá muerte ni luto
ni llanto ni dolor;
pues lo de antes "habrá" pasado.
Ap. 21,4.
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