Ni en
frío ni en caliente. La prisión permanente revisable no es cuestión de estar
frío o caliente. Es cuestión de cultura y de sentido común. Más de uno debería
volverse a leer a Thomas Hobbes (1588-1679), John Locke (1632-1704) y
Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) y recordar al servicio de quién esta. ¡Ya
está bien de “posturitas”!
Mañana
más.
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