¿Y por
qué decía yo que no se pondrán los políticos de acuerdo? Pues es muy sencillo. Primero que todo porque
actúan en función de los votos, es decir, de lo que a la gente le importa, sea
importante o no. Y a corto plazo, siempre a corto plazo, con un horizonte no
más lejano que las próximas elecciones.
Y esto
del medio ambiente, de la lenta muerte del mundo rural, a la gran mayoría le
importa un bledo. De hecho, es muy significativo que de todas las entradas que
subo al blog, las que menos visitas reciben, con mucho, son las referidas al
medio ambiente. Y eso, lo reconozco, me indigna, me cabrea y me desmoraliza. Pero
sé que no hay nada que hacer; la gente lee lo que le interesa, y punto.
Y
claro, como ellos, los políticos, saben que al personal esto no le importa
demasiado, aunque por postureo parezca lo contrario, ¿para qué meterse en líos
y arriesgarse a perder votos por algo que si no lo tocan nadie va decir nada?
Porque
abordar este tema es meterse en líos. Nunca lo han hecho. El PP por su miedo a
que les tilden de capitalistas salvajes, fascistas retrógrados y demás
simplezas, nunca planteará dejar a las empresas privadas entrar en nuestros
montes, porque conocen los titulares que
saldrían en los periódicos. La derecha vende los montes a las grandes
empresas. Los montes valencianos perdidos para el pueblo. Y otras majaderías
tan falsas como eficaces para restar votos al adversario.
El
PSOE es quien podría hacerlo, porque libre de toda sospecha de posibles malas
intenciones por principio, y sin oposición del PP, que en esto no se le
opondría, se debe a grupos minoritarios radicales de corte ecologista que
confunden el ecosistema mediterráneo con la selva virgen, y que haciendo gala
de una absoluta falta de objetividad y de un nulo conocimiento de la realidad,
siguen apostando por la no intervención. Además todo lo que sea privatización
les sigue dando grima, anclados todavía en planteamientos decimonónicos.
Y unos
por otros, la casa sin barrer. Y ni comen ni dejan comer. Y pan para hoy y
hambre para mañana… Sí, el refranero está lleno de pensamientos que ilustran lo
que pasa.
Es lo
que hay. Esta entrada tampoco tendrá muchas visitas, ni en el facebook la
compartirá nadie o casi nadie, ni tendrá muchos “megustadeesos” que no me
importan por mí, sino por lo que digo. Y mañana mismo empezará una “ponenta”
que irá a más, y durará días y días. Y encontrará el monte seco otra vez… Y
pasará lo que tenga que pasar.
Y la
más alta autoridad de la Comunidad Valenciana, tendrá la osadía, la arrogancia,
la desvergüenza de decir sobre las nuevas cenizas, cuando lleguen, que el monte
no puede ser un jardín. Ya lo hizo sobre los pinares, aún humeantes, de Alcublas, Altura y Segorbe,
hace algún tiempo.
No
señor, no. Nuestros montes, y con el cambio climático en marcha, o son un
jardín o serán un desierto. Ya lo he dicho muchas veces, y estoy seguro de
ello, porque conozco el monte, sé cómo está. Y pienso cómo debería estar.
Aunque
a usted poco le importa, y a la gran mayoría, tampoco. Serán un desierto, y los que vengan detrás, que arreen.
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