Comparto
esta tarde de Viernes Santo el poema de Víctor Manuel Arbeloa, incluido en su
libro Cantos de fiesta y lucha.
A LAS TRES DE LA TARDE
El día de Yahvé
La tarde se quedó desvanecida
a las tres de la tarde.
El llanto se hizo nube y densa niebla
a las tres de la tarde.
Sollozaron geranios y claveles
a las tres de la tarde.
Los pájaros huyeron en bandadas
a las tres de la tarde.
Se rasgaron los velos del secreto
a las tres de la tarde.
Se rompieron los dientes los peñascos
a las tres de la tarde.
Los muertos no aguantaron en sus tumbas
a las tres de la tarde.
La tierra se tembló como un borracho
a las tres de la tarde.
Los hombres anduvieron como ciegos
a las tres de la tarde.
Sonaron las trompetas alocadas
a las tres de la tarde.
Se enrollaron los cielos como un libro
a las tres de la tarde.
De sangre se cubrió la luna blanca
a las tres de la tarde.
Se afilaron las hoces en el campo
a las tres de la tarde.
Y el vino se sobró de los lagares
a las tres de la tarde.
Crujieron las encinas de Basán
a las tres de la tarde.
Se cayeron las torres prominentes
a las tres de la tarde.
Y las naves de Tharsis se quemaron
a las tres de la tarde.
Dios conquistó la tierra renovada
a las tres de la tarde.
La muerte se escapó de los sepulcros
a las tres de la tarde.
La vida floreció de primavera
a las tres de la tarde.
Tras la muerte de Jesús en el Gólgota.
A las tres de la tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario