Como
dice un amigo mío, nos hemos hecho un nudo en los zapatos y ahora no podemos
correr, y otro dice, nos hemos hecho un nudo en la pilila y ahora no podemos
mear. Ambos dicen lo mismo y tienen toda la razón del mundo.
Y es
que en la lucha contra “el bicho” estamos teniendo muchos problemas que nada
tienen que ver la sanidad pero que impactan directamente en ella.
Uno es
el de la irresponsabilidad, insensatez e insolidaridad de demasiada gente.
Otro, los medios de comunicación, sobreinformando, confundiendo, asustando.
Otro, los políticos que anteponen sus intereses a menudo ocultos e
inconfesables al bienestar general. Otro, la economía y sus mecanismos ciegos e
inhumanos. Otro, el del más que comprensible cansancio y hartazgo que esta
situación produce y sus naturales consecuencias…
Y aún
hay más, pero uno de los que más difícil me resulta de comprender, los arriba
enumerados los comprendo dada la condición humana, es el de las leyes creadas
por nosotros mismos actuando contra nosotros mismos. El nudo al que se refieren
mis amigos.
Ante
el posible y próximo levantamiento del estado de alarma que de algún modo nos
coordina y protege, entraremos de lleno en un esperpéntico laberinto legal que
desembocará en una interminable sucesión de conflictos judiciales cada cual más
absurdo.
Los intereses
políticos y económicos de Gobierno Central, Autonomías, empresas y particulares,
navegarán y se enfrentarán en un mar caótico de leyes de diversos rangos,
reglamentos contradictorios, deberes, derechos, principios morales y éticos,
filosofías de la vida, ideologías variadas… ¡Vamos! Será impresionante el
espectáculo. Muy digno de contemplarse desde la grada si no fuera porque no hay
grada, y queramos o no, navegamos también en ese mar tempestuoso, proceloso,
horroroso, pavoroso, y busca tú mismo algo más que acabe en oso si te hace ilusión.
Y
veremos lo que pasa.
Si al
menos todo esto sirviera para reflexionar sobre lo mal que nos lo estamos
montando, y sobre la importancia, nos va la vida en ello, de andar juntos y dar
una buena poda a nuestra democracia, simplificando, clarificando y poniendo por
encima de todo, siempre, el bienestar de la gente…
Pero
con un nudo donde no debería estar…
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