Lo que veis es una foto, que buscaba hacía tiempo y que encontré el jueves pasado, hecha en una cima, creo que del Pirineo oriental. No, no recuerdo con exactitud ni el cuándo ni el dónde.
Pero no pasa nada; en este caso, el cuándo y el
dónde son secundarios. De hecho, lo que sí recuerdo es el momento de encontrarme con aquello
allá en lo alto, nada más. Fue un regalo. Un regalo de estos que nos hace la montaña, la montaña y Alan y su padre.
Transcribo lo que dice:
“El chupete
es de mi hijo de 5 años, se llama Alan, es invidente, pero no tardará mucho en
firmar en el libro por su propio pie, por el mero hecho de que tiene un montón
de ganas de vivir”.
Y ahí quedó, escrito en el libro de la cumbre, entre el cielo y la tierra. Creo que no hacen falta más palabras.
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