He dejado pasar 15 días desde que publiqué la carta
abierta al Presidente de la “Generalitat” titulada Estamos en emergencia
medioambiental. Esta carta la envié directamente, a parte de a la
“Generalitat”, a diversas instituciones de ámbito comunitario relacionadas con
el medio ambiente, a varios ayuntamientos y personalmente, a los representantes
de todos los partidos políticos con presencia en el consistorio de Ribarroja.
A fecha de hoy, solamente he recibido respuesta del
ayuntamiento de Náquera, donde muy atentamente se me dice que el alcalde
suscribe una a una mis palabras, que está cansado de decirlo a las autoridades
pertinentes y que está trabajando con otros ayuntamientos de la zona, en la
creación de un plan de autoprotección.
El resto, silencio.
Es cierto que el mejor desprecio es no hacer aprecio.
El desprecio explícito que supone ni siquiera contestar con un recibido (no
automático, claro) al no hacer ni siquiera aprecio formal de mi escrito, no me
molesta personalmente. No soy yo quien se siente ignorado y despreciado, de
verdad, es el problema que planteo, es nuestro medio ambiente, nuestra naturaleza
la que veo ignorada y despreciada. Y eso sí me duele, eso sí me irrita.
Os invito a releed la carta. Está en el blog, en
favoritos. No creo que diga ninguna barbaridad, que falsee la realidad o que
exagere en modo alguno. No es la carta de un demente ni de un radical. ¿Por qué no hay respuesta alguna?
Lo triste es que creo que lo sé. No hay respuesta
porque no miran a donde deben. ¿A donde miran nuestros políticos? Al pasado,
para seguir haciéndolo rentable. Al adversario para sacarle y airear sus trapos
sucios. A sus mismas organizaciones heridas por ocultas luchas internas. A su
situación personal, para que cuando se les acabe el chollo quedarse bien
situados. A sus propias ideologías sacralizadas e inamovibles, incapaces de
soportar la menor crítica seria. A sus tristes prejuicios, fruto directo de una
incultura esencial ¿A dónde miran nuestros políticos?
Al campo, no. A los montes resecos y vulnerables, no.
A lo que fueron pinares, no. A los pirómanos sueltos, no. A los que hacen
negocio del desastre, no. A una legislación defectuosa, no… A una tierra que
fue muy, muy hermosa, no.
Y luego se les llena la boca cuando declaran un nuevo
parque natural, sin caer en la cuenta, que el hecho de tener que declarar
parques naturales a diestro y siniestro es la prueba más contundente del
fracaso rotundo de la política medioambiental. La naturaleza entera es el
parque natural que debemos proteger.
Pero bueno, como dicen, es lo que hay. Yo no puedo
hacer mucho más. Escribir, hablar y seguir recorriendo campos y montes, siempre
con el miedo de ser ésa la última vez que los pueda disfrutar.
Y para acabar estas palabras, una reflexión al hilo
de una frase de Don Miguel de Unamuno, uno de los muy grandes de nuestra
historia.
Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que
hijos de nuestro pasado.
Ojalá se den cuenta nuestros políticos que han de ser
padres del porvenir, no hijos del pasado, en este y en todos los demás
terrenos. ¡Ojalá! Y ojo, sé que hay quien lo está haciendo bien. Lo sé. Pero,
al menos en este caso…sólo ha respondido el alcalde de Náquera.
Gracias señor Alcalde.
Ribarroja desde Las Rodanas. |
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