FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 12 de febrero de 2014

El pajarito Federico y la zorra Matilde.


            A la memoria de mi padre.

Cuando era muy niño, recuerdo que las mañanas de domingo, al despertarnos, íbamos mis hermanos y yo a la cama de mis padres a que el papá nos contara un cuento. Es éste uno de esos recuerdos antiguos, pero que permanecen asombrosamente nítidos en la memoria, tan nítidos como entrañables.
Uno de los cuentos que más nos gustaba es el que os voy a contar. Se llama, o al menos así lo llamaba mi padre, el pajarito Federico y la zorra Matilde. El nombre del pajarito, siempre lo entendí, era el suyo, pero el por qué la zorra se llamaba Matilde, nunca lo supe.
Pero bueno ahí va el cuento. Por si queréis contárselo a vuestros hijos, nietos, sobrinos…
Érase una vez… en un bosque muy lejano vivía un pajarito muy bueno y valiente que se llamaba Federico. Vivía también allí una zorra malvada y perversa de nombre Matilde.
La zorra se alimentaba, entre otros animalitos, de pequeños pajarillos que conseguía engañando a las pobres mamás con palabras falsas. Se paraba bajo los pinos donde había nidos y gritaba, “pajarita, pajarita tírame un pajarito”, y cuando la asustada pajarita se negaba llorando, la malvada zorra le replicada “si no me echas un pajarito, con mi rabo haré, ris, ras, ris, ras, cortaré el pino, caerá al suelo y me comeré a todos los pajaritos”. Al final las pobres pajaritas, para evitar lo peor, le tiraban un pajarito. Y así un día y otro, y otro.
Una mañana de primavera volaba el pajarito Federico por el bosque cuando oyó el llanto de una mamá pajaril. Se acercó y le preguntó por la causa de tan desconsolado llanto. La pajarita le dijo que la zorra Matilde había pasado hacia un rato, y había tenido que tirarle a uno de los pajaritos.
Se enfadó nuestro héroe y le dijo, “tonta, más que tonta, ¿tú no sabes que por grande que tenga la cola, no puede cortar con ella un pino? Mira, la próxima vez que venga le dices, rabo rabosino no corta pino, sino el buen pan, el buen vino y el hacha del vizcaíno”.
Así lo hizo la pajarita cuando volvió la zorra unos días después. Al pedirle que le echara otro pajarito le dijo “rabo rabosino no corta pino, sino el buen pan, el buen vino y el hacha del vizcaíno”. Entonces la zorra Matilde, encolerizada, le preguntó “quién te ha dicho eso”, a lo que contestó “el pajarito Federico, que es el más listo y valiente de todos los pájaros del bosque”.
La zorra se fue rabiando y pensando una venganza. Durante días no se supo nada de ella, hasta que una tarde, el pajarito Federico se la encontró, panza arriba, rodeada de curiosos, con las patas y la boca abiertas, muerta, quizá de hambre, quizá de rabia.
Entonces nuestro pajarito, recorrió el bosque diciendo que la malvada zorra había muerto, y que ya no había nada que temer. Después del recorrido, se posó triunfal sobre ella y ante todos los reunidos, de saltito en saltito llegó a la boca y se metió en ella para demostrar a todos que de verdad no había peligro. Pero entonces, la zorra Matilde, que no estaba muerta sino haciéndose la muerta, la cerró de golpe y gruñó ”a Federico me comí”. Todos quedaron sobrecogidos. Entonces el pajarito le dijo “me has ganado zorra Matilde, ahora me vas a comer; dilo bien fuerte, para que todos te oigan” La zorra volvíó a gruñir, pues decía “a Federico me comí” sin abrir la boca, y nada se le entendía. El pajarito volvíó de nuevo a decirle “zorra Matilde, grita bien fuerte que te has comido al pajarito Federico, ¿no tenías tantas ganas de pillarme?” Entonces la zorra Matilde, cogiendo mucho aire gritó “a Federico me comí” y al hacerlo abrió un poco la boca, momento que aprovechó nuestro héroe para salir volando como una flecha y gritarle “a otro a otro, que no a mí”.
Todos los presentes aplaudieron al pajarito Federico y la zorra Matilde, llena de rabía, vergüenza y hambre huyó del bosque para siempre. Y todos, en adelante fueron felices y…no comieron perdices, claro.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

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