Evocando lo que es para mí el lugar más cálido y
acogedor del mundo: la tienda de campaña. Hace demasiado que no duermo en ella,
y eso hay que arreglarlo.
¡Qué bien se está! ¡Qué feliz soy en ella!
Bajo la fina llovizna o la violenta tormenta; con
viento impetuoso o en la noche serena; bajo el pedrisco o la nevada; envueltos
por la niebla o por una atmósfera cristalina de puro transparente. ¡Qué bien se
está!
He acampado junto a ríos, cascadas y lagos; entre
nieves y rocas; en bosques y prados; sobre glaciares…
Y qué decir del momento, tras la cena, en que entras
en ella, con el cuerpo cansado y el ánimo gozoso que deja un buen día de
montaña. ¡Es delicioso!
Son los dos puntos clave. La cima y la tienda. Entre
ellos se enmarca el día entero.
Confidencias, recuerdos, largas dormidas en el mal
tiempo. El despertador sonando en la alta madrugada para salir de noche cerrada
al encuentro de la luz en las cumbres.
Y siempre en tierra libre. Lejos de campings,
pueblos, caminos… Así es como soy feliz. Plantar la tienda en el hacinamiento
de un camping por “mono” que sea, es una forma triste, pero demasiadas veces
obligada de ir a las montañas.
Un verdadero montañero, y esto es para mí la prueba
de que lo es, busca plantar su tienda en un lugar perdido y solitario,
ignorando valientemente parques, reglamentaciones y demás escoria
proteccionista…harto discutible.
Y cuando está acampado, es tan discreto que los
sarrios duermen junto a su tienda. Me pasó en el lago de Cregüeña, en Benasque;
en Paderna, a los pies de las Maladetas; en el glaciar de Tré-La-Tête, en el
macizo del Mont Blanc…
Luego, cuando ha de volver al valle, en la montaña no
ha quedado ni rastro de su presencia. Él sí se ha llevado una huella para
siempre.
Esto es hacer montaña.
Acampada sobre el glaciar en la Aiguille du Gôuter a 3863 mts, en la ruta al Mont Blanc. |
Acampada en el Pla de Aigualluts a los pies del Aneto un 1 de enero. |
Acampada en el solitario y salvaje circo del río Ara, muy lejos de cualquier parte. Soledad. |
Acampada en el lago de Llosas, en la cara sur del macizo de la Maladeta, en Benasque. |
Acampada en la entrañable Valleta de la Escaleta, en Benasque, una tarde tormentosa de verano. |
Acampada en el bosque de Besiberri, en Pascua. Detrás está la otra tienda. |
Acampada en el torrente de los lagos de Arriel, en la ruta al Balaitus. |
Acampada en la Subitralla, a los pies del Monte Perdido. Ordesa. |
Acampada en la Valleta de la Escaleta un día azul. Al fondo, La Forcanada. |
Ayysss..
ResponderEliminarme vino la subitralla a la mente y buceando por la red, la primera imagen y noticia, ha sido esa foto de la primera tienda ??isotermica y tu blog.
Ayyss..
...soy Pepe
Ayyyyy Pepe ¡qué recuerdos! Pero que nos quiten lo "bailao".
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