Alcublas. Esto estaba todo cubierto de un frondoso pinar salpicado de campos. Lo disfruté y lo perdí. Así está hoy. |
Ayer escribía, “la que se nos viene encima ante la
indiferencia general”. Hoy, un día de mayo y sin casi viento, Marines y Calles sufren el zarpazo del fuego. Por lo que sé, la rápida movilización y la atmósfera en calma parece que han permitido un control rápido de las llamas. Pero los árboles no nos deben impedir ver el bosque. Estamos sobre
barriles de pólvora y siempre hay gente fumando por los alrededores.
Ya no hay tanta indiferencia. El tema del fuego
empieza a interesar a los medios de comunicación, un poco tarde por cierto, y
empieza a hablarse en la calle del asunto, y en las redes sociales…¡Qué miedo!
Empiezo a oír imbecilidades, frivolidades, simplezas. Ya hay quien busca
rentabilidad política a la situación, y ¡cómo no!, ya he oído y leído que
claro, con los recortes va a arder todo.
Y entonces, a mi honda preocupación y a mi miedo
diario, se le añade la indignación y la vergüenza.
Claro que los recortes no benefician, pero no se
olvide nadie que tanto con el PSOE como con el PP ha habido grandes incendios
que han arrasado miles y miles de hectáreas provocando catástrofes
medioambientales de las que pronto todos se han olvidado. No es patrimonio de
ningún partido político el titulo de pirómano. ¡Que no me vengan ahora con
cuentos y con “slogans” facilones!,¡que no simplifiquen el grave y profundo
problema de la gestión integral del medio ambiente al que no se ha enfrentado
todavía ningún gobierno en estas tierras!
Ahora es tiempo de pasar como podamos este verano,
juntos frente a un enemigo común devastador. He dicho muchas veces que hace
falta un gabinete de crisis para afrontar la situación, y en ese gabinete
deberían estar técnicos, gobierno y oposición. Y la necesidad de este gabinete,
creo que cada día es más evidente. Es muchísimo lo que nos jugamos. Es una
irresponsabilidad y una cabronada politizar el tema en provecho de los ”míos”.
¡¡Ahora no!! Hay que ser mala gente para hacer eso, o ser simplemente idiota.
Y luego, cuando pase el verano, cuando vuelvan las
lluvias, hemos de tomarnos en serio a la naturaleza en la que vivimos, porque
nos necesita como nosotros la necesitamos a ella. Si de todo esto sacamos esta
lección, empezaremos a avanzar.
El problema de fondo es muy serio, presenta muchos
frentes y por lo tanto, el abordarlo exigirá cambios profundos en muchos
aspectos diferentes, aspectos que expondré en una próxima entrada.
De momento sólo digo que no es momento de barrer para
casa y de tirarnos trastos a la cabeza. Valencia era un vergel rodeado de
bosques salpicados de campos, huertos y masías. De aquello no queda ni la
sombra, y lo poco que queda pende de un hilo, y de eso somos responsables
todos, sin distinción de ideologías.
De verdad, el problema es muy hondo, muy complejo. No
lo simplifiquemos y menos para decir que los malos son los otros, sean quien
sean. Así nada resolvemos.
Tenemos
un enemigo común, y lo que está en juego es la casa de todos.
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