Este pasado viernes, en el Parque Maldonado, se
reunieron casi todos los alumnos de 6º de primaria y 1º de secundaria de los
colegios e institutos del pueblo, que cursan la asignatura de religión, convocados por la
parroquia. Fue bonito, sencillo, creo que lo pasaron bien.
Entiendo que todo lo que sea romper barreras y juntar
a la gente es bueno. Que niños de diferentes centros educativos jueguen juntos es bueno también
y por otra parte, veo lógico que la parroquia convoque un día al año a todos los
alumnos que han elegido libremente la asignatura de “reli”. No veo problema
alguno en todo esto.
Lo que me ha sabido mal es ese casi. Los niños de dos
“coles” no han podido ir porque los respectivos consejos escolares no lo han
permitido. ¡Una lástima!
Y yo pienso que, si los motivos de tal decisión son
de carácter pedagógico, los propios y únicos legítimos en un colegio, aunque
sigue siendo una lástima, la decisión merece todos los respetos, pero si el no dejarles acudir al encuentro responde a los tristes
prejuicios ideológicos de siempre, ¡qué pena más grande!¡qué vergüenza!¡qué miedo!
Pero no quiero juzgar. Sólo digo lo que ha pasado este viernes en Ribarroja. Y
digo que estas cosas no son tonterías. Deben, al menos, hacernos pensar.
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