FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 2 de junio de 2014

El Rey abdica.

Nunca olvidaré esta imagen. No deberíamos olvidarla.
Hoy, 2 de junio de 2014 tengo que escribir, y tengo que hacerlo sobre lo que ya cualquiera puede imaginar. No será desde luego una sorpresa.
Un mes de noviembre muy frío, según siempre me han contado, nací yo en Valencia. A Franco aún le quedaban dos décadas de gobierno. Poco a poco fui haciéndome consciente de que vivía en una dictadura. En plena juventud, y ya en la universidad, gocé de los vientos de cambio que se avecinaban. Amigos, libros, música, asambleas, algunas carreras delante de “los grises”…
A los cinco días de cumplir los 20, Arias Navarro dijo su famoso “españoles, Franco ha muerto”. Y empezó a reinar Juan Carlos I. Y empezaron a sucederse acontecimientos ilusionantes jalonados de momentos terribles. Estaba yo en la Gran Vía de Fernando el Católico cuando Suárez legalizó el partido comunista, lo recuerdo como si fuera ahora, y disfrutábamos del sabor de la libertad. Y sufríamos el dolor y la rabia de los atentados terroristas de ETA o de la matanza de Atocha. Vivíamos la historia, nos la bebíamos a grandes sorbos.
El 23 F estaba yo haciendo lo mili en Madrid y de permiso en casa, mientras desde el comedor veía entrar por el puente de Ademuz los carros de combate… y la cara de infinita angustia de mis padres, que sabían lo que es la guerra.
Cuando esa noche, con el uniforme de Capitán General de los tres ejércitos y semblante muy serio, el Rey habló por la “tele”, tuve la clara conciencia no sólo de vivir otro momento histórico, hubo tantos, sino de estar participando activamente en ellos. Al día siguiente disfruté en la gran manifestación por la libertad, juntos, gentes de todas las ideologías. ¡Era tan bonito! Y sabíamos que el Rey había tenido mucho que ver en que esa noche acabáramos cenando, felices, en un bar del barrio, el bar Ricardo, brindando por la libertad y la democracia.
Yo le debo al Rey y a otros muchos que con él supieron estar a la altura de la historia, una juventud plena de ilusiones y esperanzas. La política entonces era trabajo, compromiso y fiesta.
Ha llovido mucho desde entonces. El Rey, como todos, ha cometido errores y ha sabido pedido perdón, cosa que otros no han hecho, pero sería de ser muy ciego no reconocer hoy, 39 años después de su coronación, que hay muchísimas más luces que sombras.
Creo que Juan Carlos I puede irse con la satisfacción del deber cumplido, y hoy por justicia, por respeto, por saber estar a la altura de los acontecimientos, por pura “elegancia torera” es día de agradecimiento. Y punto. 

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