Bueno, ya estamos ahí. Ya estamos en plenos exámenes
finales. Y los alumnos que no aprueben en junio tendrán a lo sumo unos quince
días para aprobar el curso, en julio. Si no han podido a lo largo del curso
podrán ahora, ¡claro!
Nunca pensé que la Consellería pudiera
llegar tan lejos en sus incoherencias, arbitrariedades y desatinos. Pero sí, ha
llegado y ha llegado más lejos aún al tratar de justificar tan aberrante
decisión.
Las causas que esgrime para intentar demostrar la
cuadratura del círculo las expongo y comento a continuación.
Dicen: Estos
cambios de fechas también van a permitir que los alumnos sean examinados por
los mismos docentes que les han impartido las clases durante el curso y que, de
producirse los exámenes en septiembre, han podido cambiar de destino.
Digo: Vergüenza tenía que darles dar a entender de modo bastante evidente que piensan que que todas las programaciones, las adaptaciones curriculares, y otras zarandajas que hacemos, no son más que mandangas
inútiles a la hora de la verdad, porque digo yo, si hay una buena programación donde estén establecidos los objetivos, los criterios de evaluación y calificación, la metodología etc. da igual quién examine al alumno. Es lógico ¿no?
Dicen: La
medida responde a la demanda de la comunidad educativa y de la Permanente de
Directores, ambos partidarios de adelantar los exámenes como una medida para
luchar contra el fracaso escolar.
Digo: ¡Alucinante! Ahora resulta que quitar
oportunidades a los que más las necesitan es luchar contra el fracaso escolar. ¿No será aumentarlo? Es que no hay por donde cogerlo de puro absurdo. Además, ¿de qué comunidad
educativa hablan?, y a esa Permanente de Directores, ¿por qué no les hacen un
control de alcoholemia?, porque vamos, sólo estando “colocao” se puede pensar y además decir semejante majadería. ¿Es que creen que somos tontos del culo, del bote, del haba, de capirote...?
Dicen: Además,
supondrá otros beneficios como la planificación anticipada de los grupos y
horarios.
Digo: Planificación que bien se podía hacer en
septiembre, si no hubieran cambiado también las fechas de inicio de curso con
los chavales. ¡Cómo se nota que trabajan con aire acondicionado! Aquí, en la Comunidad Valenciana
en septiembre hace un calor que te mueres, pero a ellos qué. Planificaremos en
julio, sí, pero septiembre será insoportable en las aulas. Y los chavales lo pasan peor que nosotros, mucho peor.
Dicen: y supondrá
ahorro de las familias en clases particulares durante el verano.
Digo: ¡Vaya hombre!, ahora se preocupan por las familias,
los chavales les importan un bledo y se preocupan por las familias. Visten un santo
desnudando otro, como dice el refrán. Y muchas familias no sé que preferirán,
si pagar un “profe” al chiquillo o que su otro chiquillo, universitario en
paro, se gane unos dineros, al menos, en verano, por ejemplo.
Dicen: Según
los datos facilitados por la
Permanente de Directores, sólo un máximo del 7 %, y un máximo
del 9 % según un estudio realizado por la Conselleria , supera
las pruebas de recuperación del mes de septiembre.
Digo: Y por eso las cambian a julio. ¡Genial! Si el
primer argumento da vergüenza, el segundo es la contradicción en estado puro, el
tercero responde a un problema que han creado ellos, el cuarto es demagógico y
ridículo, el quinto es el colmo, es sencillamente impresentable, hiriente, creo
que hasta denunciable. Como en las pruebas de septiembre sólo aprueban el nueve
por cien, pues no valen la pena, o sea que las quitamos. Ése es el argumento.
Total, por 27.366 alumnos de secundaria
que aprobaban en septiembre... ¡Que se joroben! Porque esos
27.366 chicos y chicas, el nueve por cien del total de alumnos de secundaria, que tras trabajar en verano lograban aprobar,
no importan. Que aprueben en julio, si pueden. Sí señor, eso es atender a la diversidad, favorecer la integración, respetar a las minorías desfavorecidas,
luchar contra el fracaso escolar…¡Te apañas en quince días o te fastidias! ¡Y a callar!
Y llegado aquí no me aguanto más. Hago la pregunta
del millón, sin ironías. Quiero creer que las personas que toman estas
decisiones no son ni imbéciles, ni cretinos, ni necios, ni mala gente. Quiero
creerlo. Lo creo. Pero entonces, si no lo son... ¿por qué toman tan irracionales decisiones
y encima las justifican de tan indigna manera? De verdad, escapa a mi capacidad
de comprensión. No logro entenderlo por mucho que me devane mis sesos, ya de
por sí bastante devanados.
Pero aquí no ha pasado nada. Nada de nada. Ya lo
decía en una entrada anterior. ¿Quién ha defendido a nuestros chavales, a los
que más les cuesta, a los que tienen más riesgo de caer en el fracaso escolar?
¿Dónde están ahora los esforzados defensores de los derechos de los alumnos? ¡Claro!, es que en este momento se trata sólo de defender chiquillos. Nada más que chiquillos que encima van mal y “dan
pol saco”…¡Que les den!
NOTA:
Las justificaciones que rebato en esta entrada las conozco a través de la prensa, de la que no me suelo fiar demasiado. Lo digo porque albergo la lejanísima esperanza de que en realidad nuestras autoridades educativas no hayan dicho tales cosas. Pero entonces, ¿por qué lo han hecho?
NOTA:
Las justificaciones que rebato en esta entrada las conozco a través de la prensa, de la que no me suelo fiar demasiado. Lo digo porque albergo la lejanísima esperanza de que en realidad nuestras autoridades educativas no hayan dicho tales cosas. Pero entonces, ¿por qué lo han hecho?
yo me he tomado la molestia de hablar con padres sobre esto y les parece bien. primero porque así las vacaciones de los niños se adaptan más a las suyas y segundo porque con este calendario aprueben o suspendan los niños en Julio los padres se pueden ir de vacaciones con ellos en agosto. esto es lo que hay.
ResponderEliminar