Me parece profundamente antidemocrático. No logro
entenderlo por mucho que me devano los sesos. De verdad, no entiendo cómo hay
quien pide ahora un referéndum para decidir si sigue la Monarquía o se instaura
la III República.
No lo entiendo. Y lo entiendo menos aún en boca de los que habitualmente se las
dan de más demócratas.
Vamos a ver. Hay una Constitución, unas reglas del
juego. Nadie dice que esta Constitución sea inamovible. Nada hay en la historia
inamovible. Y esa Constitución puede ser reformada todo lo profundamente que el
Parlamento decida, con la mayoría adecuada, lógicamente, mayoría que se
obtendrá del voto libre de todos los ciudadanos, no saliendo a gritos a la
calle y demás zarandajas.
No es necesario romper nada, ni gritar, ni crispar,
ni ofender, ni mentir, ni manipular. Sólo hay que conseguir democráticamente y
a través de las urnas la mayoría suficiente. Sólo así se puede cambiar la
historia sin hacer daño a nadie, sin hacer daño a este país que tanto ha
sufrido ya.
Y de esta forma se puede llegar a la república o
seguir con la monarquía, porque es el pueblo quien tiene la última palabra,
pero respetando las reglas del juego que democráticamente nos hemos dado. No
rompiéndolas. No inventándonos ahora otras.
Personalmente, ya lo he dicho en la anterior entrada,
estoy profundamente agradecido a la Monarquía en la que he vivido, en paz y libertad,
desde mis 20 añitos hasta hoy. Pero no me siento monárquico, tampoco
republicano, cuestión ésta más emocional que racional, pienso. Lo que sí me siento es demócrata y me sabría muy mal que por esta
cuestión entre unos y otros reventemos
la democracia.
¡Claro que se puede cambiar el modelo de estado!,
pero jugando limpio, y pedir ahora un referéndum no es jugar limpio, como nos
es jugar limpio decir, como ya se ha dicho, en plan disyuntiva, monarquía o
democracia. No. Eso es inadmisible. Repugna sólo oírlo. Y repugna porque con
ese planteamiento, lo que hacemos no es cargarnos la monarquía, es cargarnos la
democracia.
En un eventual referéndum, ahora anticonstitucional, yo
votaría monarquía, lo tengo clarísimo, porque eso sería votar por la democracia
que, si se diere tal circunstancia, ya estaría reventada, supongo que en nombre
de la libertad, como siempre.
Si llegamos a la III República porque el
parlamento, respetando las reglas del juego, y tras la oportuna reforma de la Constitución , llega a
proclamarla, aceptaré y hasta es posible que lo celebre, ¿por qué no? Aunque
fuere por el placer de ir a Collioure a decírselo al bueno de Antonio Machado.
Este es el camino. |
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