Estaba
trabajando esta tarde cuando la lluvia mansa pero casi constante que empezó,
¡por fin!, ayer por la mañana, durante un rato ha dejado de ser mansa. Ha
llovido con ganas. ¡Qué bonito! A través de la ventana, veía el paisaje urbano
difuminarse durante un ratito, mientras se escuchaba ese sonido blando y envolvente
de una buena precipitación, y algún que otro trueno.
Treinta
y nueve litros han caído desde ayer por la mañana. ¡Bien! Estará el monte
húmedo, fresco, limpio, y la primavera se abrirá paso con más más fuerza, con
más vida.
Faltaría
que siguiera lloviendo, mas bienvenida sea la que ha caído, aunque a más de uno
le haya molestado. Nunca llueve a gusto de todos. Pero es que por aquí nos hace
tanta, tanta falta…
¡Mirad la primavera!
¡Mirad la primavera!
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