¡Ya
pasó! ¡Ya pasó! Ahora a analizar. A reflexionar. A trabajar. Ya pasó… El pueblo
soberano ha vuelto a hablar. Y yo, intentando escucharle y entenderle he
reflexionado sobre dos cuestiones acaecidas en estas elecciones.
Una de
ellas ha sido el espectacular subidón del PP. La otra, el descalabro de Podemos.
Y la reflexión me ha llevado a concluir que nuestra democracia no está madura
todavía, pero está en camino. Estamos en ello, creo.
Hay
dos hechos que, en mi opinión, explican sobradamente esto que digo. Uno de
ellos es el voto oculto al PP. El otro, la desmesurada pero sutil manipulación en favor de
la llamada “izquierda radical” de gran parte de los medios de comunicación.
Respecto
al primero, queda demostrado que hay cientos de miles de ciudadanos a los que les da
miedo, vergüenza, o ambas cosas, el decir que van a votar al Partido Popular.
Ciudadanos que escuchan y callan o, si hablan, dicen lo que no piensan.
Ciudadanos que ,como más, se escudan en eso de que son todos iguales, pero que
luego, en las urnas, hacen lo que creen que deben hacer y han creído que deben votar,
en este momento, a Mariano Rajoy.
En lo
referente al segundo punto, pienso que esa manipulación mediática, había
provocado una suerte de espejismo, de tal modo que parecía cantado que incluso
el PSOE quedaba fuera de juego, en un bochornoso tercer lugar. Sin ir más
lejos, ayer, un buen rato antes de cerrar las urnas, la SER seguía haciendo
campaña contra el PP, en un programa especial. Y eso no se hace.
Una
democracia en la que hay mucha, demasiada gente, que miente u oculta su
intención de voto no está aún madura. Porque eso indica que hay complejos,
miedo a decir en público lo que se piensa. Eso no es pluralismo. Una sociedad en
la que suceda esto no es inclusiva (Esta palabreja está ahora de moda). Una
sociedad en la que pase esto no puede gozar de una democracia madura.
Y una democracia en la que los medios de
comunicación han sido capaces de crear un espejismo social que nada ha tenido
que ver con la intención real de los ciudadanos, es una democracia defectuosa.
Porque la prensa escrita, hablada o televisada es el cuarto poder. ¡Ojo!
Cuidado. Tienen poder, aunque no autoridad. Y teniendo el poder que tienen,
pasarse tres pueblos como se han pasado, les ha hecho quedar en evidencia. Nos
habían pintado un cuadro de algo que no existía.
Esto
es lo que creo. Y sé que otras personas pueden opinar de formas,
diferentes, contrarias. ¡Claro que sí! Faltaba más. Eso es justamente lo bonito
del asunto. Que todos, todos, puedan expresar sin complejos, sin miedo, lo que
piensan. Sin temer que te espeten el consabido "facha", o "rojo", o que te insulten
llamándote descerebrado o subnormal, sin temer que te nieguen el saludo porque,
eso sí, con respeto, has dicho lo que de verdad crees. Sea lo que sea.
El
pueblo ha hablado. Ahora les toca poner manos a la obra a sus representantes. Tener
altura de miras, visión de estado, magnanimidad, honestidad. Negociar,
consensuar. No hablar antes de tiempo, y ya hay quien lo está haciendo. Y respetar siempre las reglas del juego, la Constitución, cambiándola desde
ella misma, si es menester.
Sí, es
urgente que todos se sientan libres de expresar sus ideas y sus convicciones. También los que votan al PP. Es urgente que los medios de comunicación reencuentren la ética que han
perdido. Es urgente que la clase política escuche la voz de la gente, también de los que hablan bajito porque no se atreven a hablar alto, o no les gusta vociferar.
Eso
será bueno para todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario