FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

sábado, 23 de septiembre de 2017

Un abrazo en el altar.


Tuvo la misa de despedida de Juan, el pasado domingo, momentos muy bonitos. Uno de ellos fue la homilía, centrada en el perdón, el evangelio del día…, hasta setenta veces siete. Otro, el mensaje de Diego, desde Méjico. Otro fue el abrazo con el alcalde, y es de éste del que voy a hablar.
A nadie se le escapa el hondo significado del gesto, que no era el primero. Un alcalde socialista y el vicario del pueblo, abrazándose en el altar mayor, en presencia de la comunidad parroquial que atestaba la iglesia. Y palabras de agradecimiento y encuentro por ambas partes.
Sé que ante estos hechos se pueden adoptar diferentes actitudes. La actitud de quien ve intereses ocultos, acaso mezquinos. La del escéptico, no me creo nada, todo humo. La de aquel que le importa un bledo, porque cree que todo eso nada tiene que ver con su vida. La del que piensa, incauto, que al menos aquí ya todo va a ser un camino de rosas.
La mía no es ninguna de estas. Mi actitud es de agradecimiento tanto a Juan como a Robert, porque ese abrazo es el fruto de años de esfuerzo por el entendimiento, esfuerzo realizado, sin duda, por ambas partes y que hay que seguir realizando aunque a veces puedan surgir dificultades. De esperanza, porque viendo esto creo posible superar algún día la vieja maldición de las dos Españas. Y de alegría, porque a mí me alegra todo lo que es encuentro entre los hombres pues alimenta mi convicción de que el bien tendrá la última palabra.  Convicción que se tambalearía demasiadas veces si no fuera por la fe en ese Cielo Nuevo y en esa Tierra Nueva de que nos habla la Biblia.
            Es cierto que en una democracia plena y una sociedad reconciliada y libre del rencor y del miedo esto que vivimos el domingo es lo normal. Es cierto que tanto parroquia como ayuntamiento tienen el objetivo común de velar por el bienestar de todos los vecinos del pueblo, cada cual desde su ámbito, por lo que el encuentro debería ser inevitable. Es cierto que hace ya muchos años que los “rojos” quemaron la iglesia y los “azules” ganaron la guerra…
            Todo esto es cierto. Pero aún hay quien no se lo cree, quien vive anclado en un pasado que nunca debió ser y desde él, cierra las puertas al futuro. Y lo del domingo era futuro, olía a futuro.
            Una vez más gracias Juan, gracias Robert. En vuestro abrazo, en vuestras palabras había futuro. Era como si abrierais las ventanas de una habitación tras una mala noche y entrara la luz a raudales, el aire fresco de la mañana, y saludáramos gozosos al nuevo día.

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