Sólo
una breve reflexión a propósito de esa reunión de poderosos agrupados en el
llamado G7. Y también a propósito de los contrarios, los antiG7. Reflexión que
me aboca irremediablemente a un futuro inquietante.
De
entrada ya se sabe que hablar hablarán, pero no se pondrán de acuerdo en nada
importante. Además, como hay otros poderosos que no están en ese selecto club harán la guerra por su cuenta, y nunca mejor dicho.
En
otras palabras, quienes de verdad tienen el poder y los medios para hacer de este
mundo un lugar más habitable para todos, como no se pondrán de acuerdo,
acabarán barriendo cada uno para su casa y a codazos con el vecino, como siempre.
Por
otra parte los antiG7, inmensa y variopinta mezcolanza de grupos y grupúsculos
que solo tienen en común su aversión a los ricos y poderosos, quizá en parte
porque ellos no lo son, darán la vara a la policía y montarán numeritos, que es
lo suyo.
Porque
poco más pueden hacer, sobre todo, y eso para mí es muy importante, porque la
mayoría de ellos viven en una incoherencia patológica, lo que les priva de toda
autoridad moral e imposibilita además cualquier acuerdo, ni entre ellos ni con nadie, mínimamente
razonable y aplicable.
El
resultado es que el capitalismo desbocado seguirá machacando a la humanidad, el
medio ambiente continuará deteriorándose, millones de personas seguirán pasando
hambre, otros muchos abandonarán sus hogares y morirán en el intento…
Y el
caso es que en este mundo hay sitio para todos. Pero unos lo hacen mal, y los
que se enfrentan a los que lo hacen mal, lo hacen también mal. Así que, de
momento, el futuro, como ya he dicho, me resulta cuanto menos inquietante.
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